* Para desestructurar al INE y dejarlo en la inoperancia, saben que tienen que nulificar al INAI, pues la transparencia y el procedimiento y método para conocer de las decisiones y consecuencias de las políticas públicas, es veneno puro para el proyecto de Andrés Manuel López Obrador
Gregorio Ortega Molina
La perfección no existe, ni entre los santos. Los humanos somos seres llenos de debilidades, por consiguiente, también resulta imposible encontrar a uno químicamente puro, sin filias ni fobias, sin emociones. Los nuevos consejeros del INE, notoriamente su presidenta, tarde que temprano se mostrarán tal cual son, dispuestos a actuar tal como se espera de ellos.
No olvidemos que lo que se dirime en los próximos meses es quién se hace con el poder, cuál será el concepto de patria y soberanía que se imponga, y si hay o no proyecto de nación, porque la otra opción es que de manera total quien se agandalle con la silla del águila únicamente obedecerá a las políticas públicas determinadas por la Casa Blanca, aunque se simule la independencia en Palacio Nacional.
Por lo pronto vaciarán al INE de recursos financieros, pues esperan que las elecciones sean un equivalente a la consulta popular patito para cerrar el proyecto del AICM de Texcoco. Por algo -dicen los entendidos- el presidente de la República se reunió con su homólogo de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, pues el propósito es ponerse al día sobre montos y número real de fideicomisos del Instituto Nacional Electoral. Es la implementación del desquite para subordinar, todavía más, a México y los mexicanos, a Estados Unidos.
Regresar al presidencialismo del hombre fuerte, es retroceder al México de un solo hombre, a la sumisión al caudillo, al Maximato, con rasgos de ese diazordacismo que sirvió para que, al combatirlo, se abrieran las puertas a la tolerancia. El compromiso por la libertad fue asumido en el octubre 2 de 1968.
Para desestructurar al INE y dejarlo en la inoperancia, saben que tienen que nulificar al INAI, pues la transparencia y el procedimiento y método para conocer de las decisiones y consecuencias de las políticas públicas, es veneno puro para el proyecto de Andrés Manuel López Obrador. Únicamente desde la opacidad puede elaborarse la verborrea matinal que alienta a los mexicanos a combatirse a ellos mismos, sin hálito de vida ni compromiso con la democracia.
Imposible que se haga público el verdadero motivo de decidir la libertad de Ovidio en ese lastimoso culiacanazo; cómo conocer las verdaderas razones de avalar a Jazmín Esquivel Mossa, a Ignacio Ovalle Fernández y las tropelías de sus vástagos. Sólo con transparencia.
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