SENTIDO COMÚN
Gabriel García-Márquez
Entre las sorpresas que se dieron en la semana mientras el presidente de la República se reponía de un cuadro de Covid-19, fue la desaparición del Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), que es un organismo descentralizado con personalidad jurídica y patrimonio propios, creado por el actual gobierno para reemplazar el desaparecido Seguro Popular.
Al dar por extinguido el INSABI, los 33 millones de pacientes que eran atendidos por este instituto, pasarán a engrosar el padrón del Instituto Mexicano del Seguro Social, que tiene ya 47 millones de derechohabientes, que hacen aportaciones, lo mismo que sus patrones.
Con la reforma aprobada se establece que el IMSS-Bienestar será la institución que se hará cargo de atender de manera gratuita a quienes no cuentan con seguro social, por no tener un empleo formal ni en la iniciativa privada ni en el gobierno.
Quienes tienen un trabajo informal eran atendidos anteriormente por el Seguro Popular, que bien o mal ya les brindaba una atención oportuna y gratuita, sin embargo, al llegar el gobierno de la 4T, de un plumazo lo desaparecieron para convertirlo en INSABI, que no logró cumplir con las expectativas y que no pudo brindar la atención que anteriormente brindaba el Seguro Popular.
Desaparecer el INSABI es como reconocer el fracaso y la ineficacia de este instituto, que no logró arrancar como se esperaba, es decir, que se extinguió antes de lograr alcanzar sus objetivos.
Si las clínicas del Instituto Mexicano del Seguro Social no han podido atender oportunamente a sus 47 millones de derechohabientes, por falta de medicamentos, de camas, médicos generales y especialistas, enfermeras capacitadas y clínicas suficientes en todo el territorio nacional, no se puede explicar de qué manera podrán absorber también a los pacientes que atendía antes el INSABI.
Anteriormente para tener derecho al INSABI no era necesario realizar un trámite de afiliación ni de contar con un número de seguridad social o una póliza de seguro, en teoría bastaba con presentarse en el centro de salud más cercano con la credencial del INE y la CURP, para ser atendido de manera gratuita.
Ahora, habrá que esperar a que publiquen las reglas y el procedimiento que se deberá seguir para ser atendido en la figura de IMSS-Bienestar, en qué clínicas o centros de salud, y si podrán continuar teniendo especialistas en cardiología, gastroenterología, geriatría, ginecoobstetricia, medicina interna, nefrología, neonatología, neumología, neurología, otorrinolaringología y oftalmología.
Mientras tanto, será como volver a empezar y si alguien se enferma antes de que arranque bien el sistema IMSS-Bienestar, habrá que volver a los consultorios de las farmacias, que han sido duramente criticados sin razón. Ojalá el cambio sea para bien y el sistema de salud mejore.
Por cierto, ¿alguien sabe quién era el director del INSABI?