La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Todo se dio naturalito, nada fue ‘a huevo’
El viaje de Marcelo Ebrard, por Veracruz, dejó una serie de mensajes políticos, dignos de ser analizados, sobre todo, de cara a los procesos electorales locales y federales.
En primer lugar, a diferencia de Adán Augusto López y Claudia Sheinbaum, el canciller parece no tener candidato a la gubernatura, por lo tanto, su trato con Cuitláhuac García es cordial, ya que, no le mueve el escenario sucesorio.
En segundo término, no está dispuesto a aliarse con personajes impresentables en su carrera hacia la candidatura presidencial, por ello, ante el anuncio de que visitaría Alvarado, en un evento organizado por el ex alcalde Bogar Ruiz, prefirió cancelar antes que placearse con el personaje de marras, responsabilizado por el ORFIS, de haber causado un daño patrimonial, tan sólo en el 2021, de más de 79 millones de pesos.
La tercera señal, fue en el puerto de Veracruz, ante un numeroso grupo de simpatizantes, Marcelo no escatimó reconocimientos para el diputado local Fernando Arteaga Aponte, de quien dijo, fue el primero en invitarlo a visitar el estado, asunto en el que no dejó de insistir. No sobra decir, que Arteaga, porteño por los cuatro costados, aspira a ser alcalde de la Cuatro Veces Heroica, por lo que, su cercanía con Ebrard, es un excelente camino.
Así pues, podemos afirmar que, la gira del alumno de Manuel Camacho, resultó muy productiva, porque al contrario de las otras ‘corcholatas’, no polarizó y, además, estipuló que no se deben construir acuerdos con ‘pájaros de cuenta’, pero, eso sí, hay que trabajar con actores locales compenetrados con la ciudadanía, como es el caso de Arteaga.
El fin de semana, tuvimos política de la buena.