Yo Campesino / Dignidad
• Algunos con la cruda no se atreven a dar la cara, en la borrachera perdieron ¿? legitimidad
*Miguel A. Rocha Valencia*
Luego de la embriaguez de soberbia que se recetaron, algunos lacayos del ganso se dan cuenta de lo que hicieron, vieron en el espejo que efectivamente no son iguales a los de antes que a las minorías les aplicaban el mayoriteo de lo cual se quejaban. Encontraron que son peores pues por segunda ocasión se fueron a sede alterna para sin oposición realizar su crimen, allá, en lo oscuro, como viles delincuentes que resultaron.
Así lo hicieron la vez pasada fueron los diputados quienes hasta autobuses rentaron para irse a una guarida alterna para cumplir los deseos del amo encabezados por Mario Delgado para lo cual se gastaron sólo en traslado y renta cinco millones de pesos.
Esta vez entregaron su fidelidad a ciegas y lo poco que les quedaba a dignidad al mesías tropical, se la llevaron a Palacio Nacional y ahí se desnudaron y se quedaron sin un ápice de vergüenza política, de seres humanos. Olvidaron su compromiso con el pueblo, especialmente el que dicen representar para despojarlo de aspiraciones y al país propinarle una puñalada donde más duele, la producción y la comida.
Mientras y en la casa de los Senadores Beatriz Paredes Rangel pronunció un discurso de esos que ya no hay, de estadista donde simplemente pidió a sus ¿pares? De Morena rescatar su dignidad porque esa “no es patrimonio de una persona”. Pero el mensaje llegó tarde, los serviles del caudillo ya no se acuerdan qué es eso.
Pero más allá del albazo y la ilegalidad está el futuro del país, a lo que los mexicanos podemos aspirar sin apoyos a la ciencia o la tecnología, sin alternativa crediticia para los campesinos “no viables” pero sobre todo a quienes huimos de la “dictadura perfecta” del PRI en que si bien la corrupción se convirtió en divisa y el autoritarismo fue el sello y hoy vemos que sin remedio sólo dimos vuelta en círculos para llegar al mismo lugar sólo que con una forma más agresiva y cínica de los mismos vicios.
No somos iguales clama el profeta desde el púlpito palaciego y tiene razón, confirmamos lo que ya sabíamos, son peores porque esta nueva mafia en el poder es menos culta, impreparada, sumisa, soberbia, cínica donde nadie es capaz de la autocrítica. Y se entiende porque aquí, quien alce la voz o contradiga al caudillo es lanzado a la hoguera de los traidores. Algunos logran el perdón, para no perder privilegios.
Pero también hay quienes se arriesgan a disentir y con vergüenza de la que hoy carecen quienes están, prefieren irse no sin antes manifestar su frustración por no encontrar lo que esperaban, lo que el ganso les prometió como administración pública, donde el combate a la corrupción quedó sólo para acusar a los de antes, a los neoliberales.
Tampoco se cumplieron las promesas de política económica, no se escuchó la voz de los pocos que sabían y se atrevieron a plantear sus criterios en materia de seguridad, desarrollo, crecimiento, investigación, obra pública, medio ambiente y demás. Esos, se volvieron proscritos, traidores a la 4T y a muchos se les persigue.
Pero no volvieron incluso algunos como Jaime Cárdenas denunciaron la corrupción, el robo y nada sucedió. Fue el propio mesías quien dio la orden de robar a favor del “movimiento” se vale enriquecerse ilícitamente siempre que den a la causa, aunque se trata de dinero negro, de dudosa o clara procedencia ilegal.
Por eso ninguno de los feligreses está en la cárcel a pesar de las acusaciones, denuncias y pruebas incluso video grabadas o escritas o la acumulación de riqueza inexplicable como los mismos hijos presidenciales o sus hermanos quienes ahora sabedores de la protección quieren utilizar las instituciones de justicia para voltear la tortilla a quienes los denunciaron, a quienes los expusieron como corruptos ante la sociedad.
Desde mi óptica estamos peor que antes en que existieron estadistas, políticos de verdad como don Jesús Reyes Heroles, Heberto Castillo, Manuel Clouthier, Arnoldo Martínez Verdugo, Valentín Campa, bueno hasta José Angel Conchello o Porfirio Muñoz Ledo. Todos ellos se atrevieron y nos dieron la posibilidad de un cambio que desafortunadamente resulta en retroceso.
No se trata como dicen de derecha o izquierda sino dónde quisiéramos estar: en un país donde se quiere salir a como dé lugar (más de 750 mil mexicanos migraron a Estados Unidos) o uno a donde todos quieran llegar a cualquier costo. Yo me inclino por lo segundo que en nada se parece a Venezuela, Cuba o Nicaragua.
Un país donde como dice Beatriz Paredes Rangel, la dignidad no sea propiedad de un solo hombre sino de todos y la Ley, si sea la ley.