Lilia Arellano
“Después de un fracaso, los planes mejor elaborados parecen absurdos”: Fiodor Dostoievski
● Estrategias equivocadas contra narcos en EU y México
● Fallida política de “abrazos, no balazos” empoderó a cárteles
● EU falla en frenar demanda de drogas; sólo ataca al fentanilo
● Otro enfrentamiento entre la Consejería y la Suprema Corte
Ciudad de México, 7 de mayo de 2023.- Toda la evidencia apunta que tanto el gobierno del presidente Joe Biden en Estados Unidos, como el de Andrés Manuel López Obrador en México, llevan a cabo estrategias equivocadas para combatir a los cárteles de la droga en ambas naciones. Las investigaciones en el propio territorio estadounidense dan más resultados que sus bravuconadas de invadir territorio mexicano. La DEA recién reportó el arresto de 3 mil personas tras una serie de investigaciones que forman parte de su operativo “Última Milla”, un esfuerzo para combatir a los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación. Pero le sigue faltando lo más importante: una intensa campaña de difusión en redes sociales entre la juventud estadounidense para destacar los peligros de consumir drogas, particularmente el fentanilo. Es decir, atacar la demanda, en vez de concentrarse en la oferta.
En México las cosas están peor: desde el discurso de AMLO de que en México no se produce fentanilo, sino viene de Asia, lo cual ha sido desmentido por las propias Fuerzas Armadas, hasta los pactos de impunidad con las organizaciones criminales para conquistar más poder, cristalizado en gubernaturas y presidencias municipales. La estrategia de “Abrazos, no balazos” sólo ha servido para fortalecer a las organizaciones criminales que gozan de total impunidad en el gobierno del actual inquilino de Palacio Nacional. El “dejar hacer, dejar pasar” se ha caracterizado como política criminal y, en su oportunidad, seguramente llegará a cortes internacionales.
La DEA presumió su operativo “Última milla” y mostró cómo se deben hacer las cosas en su propio terreno, sin necesidad de pelearse con México. Comenzó el 1 de mayo de 2022 y para el mismo día del 2023 la agencia estadounidense reportó: además de los arrestos, se aseguraron 44 millones de pastillas de fentanilo, tres toneladas de polvo de la misma sustancia, 41 toneladas de metanfetamina, 8 mil 497 armas de fuego y más de cien millones de dólares. De acuerdo con cálculos de la propia DEA, alrededor de 193 millones de dosis mortales de fentanilo fueron sacadas de las calles con esta operación, involucrándose agentes federales, estatales y locales. “En el operativo “Última milla”, la DEA rastreó redes de distribución a lo largo de EU conectadas con los cárteles de Sinaloa y Jalisco. El operativo muestra usan violentas pandillas callejeras locales, grupos criminales e individuos a lo largo del país, para inundar comunidades estadounidenses con enormes cantidades de fentanilo y metanfetamina”.
Según las investigaciones, en al menos cien casos se involucró el uso de aplicaciones de redes sociales y plataformas encriptadas de comunicación, como Facebook, Instagram, TikTok, Snapchat, WhatsApp, Telegram, Signal, Wire y Wickr, con las cuales coordinan sus negocios y contactan a compradores. “Cuando sus productos matan estadounidenses, simplemente cambian (de plataforma) para intentar victimizar a millones de otros ciudadanos de EU que son usuarios de redes sociales”, destacó el comunicado de la DEA, señalando su prioridad operacional es derrotar a ambos cárteles, el de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, debido a estar identificados como los responsables de la mayoría del fentanilo y metanfetamina circulando en EU.
Esta estrategia seguida el año pasado por la DEA dio resultados positivos, pero está faltando una gran parte, para no únicamente combatir la oferta de fentanilo, y es no sólo seguir la ruta de las extraordinarias ganancias de las organizaciones criminales locales, sino para pegarle a la demanda con una intensa campaña de comunicación en redes sociales sobre los riesgos de las drogas para la juventud estadounidense, incluyendo cursos extracurriculares en las escuelas elemental y secundaria para frenar la demanda de los narcóticos. En este aspecto, poco o nada está haciendo el gobierno de Joe Biden, quien está concentrado en su campaña presidencial de reelección y explota el tema del combate a las organizaciones criminales mexicanas para obtener rentabilidad electoral. Hay mucho camino por recorrer para poder evitar la muerte de más de 100 mil jóvenes estadounidense consumidores de fentanilo.
Reducir la epidemia de adicción al fentanilo en Estados Unidos a través de una estrategia enfocada en la interdicción del tráfico de drogas desde México, pasa por alto este negocio está controlado por agrupaciones criminales estadounidenses dentro de su propio país, y la distribución se realiza por grupos locales en diversas ciudades. Además, de acuerdo a un informe de la Comisión para Combatir el Tráfico de Opíodes Sintéticos, del Congreso estadounidense, hecho con reportes de la DEA, el Pentágono, la comunidad de inteligencia y muchas otras agencias federales, concluyó el año pasado: gran parte de las ganancias por la venta de fentanilo en Estados Unidos no regresa a los cárteles de México, sino se queda en manos de las organizaciones criminales estadounidenses. “El ingreso total de la exportación de fentanilo a Estados Unidos probablemente es de entre 700 millones y mil millones de dólares”, calculan los autores del informe de la comisión.
La estrategia de culpar a otros de los problemas en México, especialmente a sus antecesores, cada vez le da menos dividendos al presidente Andrés Manuel López Obrador. Es de su autoría el empoderamiento de los cárteles de la droga; es su culpa el aumento del tráfico y consumo de drogas en el país durante este sexenio, por su política de “abrazos, no balazos”, la cual, en la práctica, se ha convertido en un “dejar hacer, dejar pasar” las actividades criminales, a cambio, se sigue afirmando, de dinero para las campañas políticas y apoyo logístico durante las mismas para conquistar más gubernaturas y presidencias municipales. Los ejemplos se centran en: Tamaulipas, San Luis Potosí, Zacatecas, Baja California, Sonora, Sinaloa, Guerrero, Michoacán, curiosamente, en toda la ruta del narco.
Desde el templete mañanero se ha señalado: en México no produce fentanilo, pero los propios reportes de las Fuerzas Armadas lo desmienten. Su narrativa se ha apoyado en la detección, desde hace al menos un año, sobre la llegada del fentanilo y sus precursores a la costa del Pacífico por medio de los puertos de Lázaro Cárdenas, Manzanillo y Mazatlán. Ahora, el presidente sostiene tiene evidencia de que la droga proviene de China tras el aseguramiento de un contenedor proveniente de la ciudad de Qingdao. “Ya tenemos las pruebas: un cargamento llegó de un puerto de China, un contenedor, al Puerto de Lázaro Cárdenas, en Michoacán”, informó el tabasqueño en su rueda de prensa matutina desde Puebla.
Por ese motivo, subrayó, se hizo un análisis de laboratorio y se enviaría la información al Presidente Xi Jinping de China, “con la misma solicitud que nos ayuden a informarnos cuando salgan estos químicos y si es posible que ellos impidan que salgan de sus puertos”. El reconocimiento no es nuevo. El año pasado, en marzo, el secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval reportó: los precursores químicos llegan vía marítima a los puertos de Lázaro Cárdenas, en Michoacán; Mazatlán, Sinaloa; y Manzanillo, en Colima.
Sin embargo, en abril del año en curso, el embajador de China en México, Zhang Run, le dijo a la Comisión de Relaciones Exteriores para Asia-Pacífico no hay ningún reporte de tráfico ilegal de sustancias para fabricar fentanilo entre su país y México. No obstante, se ha demostrado el fentanilo y sus precursores, así como los precursores de metanfetaminas de China, ingresan principalmente a México a través de los puertos de Lázaro Cárdenas, Michoacán, y Manzanillo, Colima. Parte de la droga ya finalizada ha sido decomisada en diversos puertos de México. La Semar ha informado del decomiso de 8 millones veinticuatro mil dosis de fentanilo en Tijuana, Baja California, durante este año.
La Semar reportó, en el 2018, el aseguramiento de 276 mil 199 pastillas de fentanilo y 340.79 kgs de la droga en los estados de Baja California, Baja California Sur, Nuevo León, Sinaloa, Sonora y San Luis Potosí, En 2019, se incautaron 398 mil 752 pastillas y 135.86 Kgs; en el 2020 fueron dos millones 414 mil 223 pastillas y 340.84 kgs de droga; para 2021 sumaban siete millones 524 mil 657 pastillas y 984,10 kilogramos; y en el 2022 se registraron siete millones 622 mil 266 pastillas y mil 173.46 kilogramos de fentanilo asegurado.
Estos datos de la Semar desmienten al presidente López Obrador. En México si se produce fentanilo y sus precursores vienen de China, pero su producción final es en territorio mexicano. La Semar reportó: las localidades con mayores kilogramos de fentanilo decomisado fueron: Tijuana, Baja California; Culiacán, Sinaloa; Opodepe, Sonora; Ensenada, Baja California; y Nogales, Sonora. En febrero de este año, el almirante José Rafael Ojeda Durán, titular de Semar, informó en conferencia de prensa: a inicios de este año se han detectado 3 mil 138 kilogramos de estas sustancias en un buque que arribó a Manzanillo, Colima, sin especificar de dónde provino el navío; así como el aseguramiento de 304 kg de un polvo blanco “con el que se pueden producir alrededor de tres millones 40 mil dosis de fentanilo” en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
DE LOS PASILLOS
Continúan los enfrentamientos del presidente Andrés Manuel López Obrador con el Poder Judicial. La Consejería Jurídica de Presidencia aseguró que si los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) invalidan el llamado “Plan B”, la Corte “estaría sustituyendo” al Congreso de la Unión. La oficina de la Presidencia demandó a los ministros que “actúen con responsabilidad y privilegien la solución del verdadero conflicto constitucional de las normas impugnadas por encima de las formalidades de trámite a las que hace referencia el proyecto de sentencia”… También, La semana pasada, gobernadores y gobernadoras de Morena y partidos aliados suscribieron un desplegado en el que exigen a la Corte que revierta la suspensión del “Plan B” de la reforma electoral…
Y si de enfrentamientos se trata, el 5 de mayo desde Puebla se presentó otro frente al embajador estadounidense Ken Salazar. López Obrador lanzó un airado reproche público: “Como ha sucedido en todas las intervenciones extranjeras que ha padecido nuestro país, siempre, siempre, el invasor y sus voceros tratan de justificar sus felonías en nombre de la civilización, de la libertad, de la democracia, para ocultar el afán autoritario y la sed de pillaje que los mueve”. Y fue más allá al acusar intervencionismo del gobierno de los Estados Unidos en la “vida política nacional, al patrocinar a organizaciones de la sociedad civil que critican a la 4T”.
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