Abraham Mohamed Z.
x.- El evento fue convocado por el Sen. Mancera.
Su experiencia tras 42 años de carrera política como servidor público, fue la que el Senador Ricardo Monreal les dió a conocer a sobresalientes jóvenes estudiantes que aspiran a participar en la vida socio política de México, en este:
DECALOGO DE RECOMENDACIONES
1) No sean víctimas de sus propias debilidades.
Es muy fácil, como joven, generar una posición endeble o una posición llamativa al lujo y al exceso. No lo acepten.
2) Aléjense de la vanidad, porque la vanidad de los hombres, de los gobernantes, de los representantes populares y de los ciudadanos acarrea males, acarrea regresiones, frustraciones y también problemas serios que contrarrestan, que generan condiciones de desequilibrio.
3) Cuiden su vida privada, porque aparentemente la vida privada no tiene que ver nada con la vida pública. Les puedo decir que no es así.
La vida privada inevitablemente repercute en lo público y cada vez más la vida privada es más pública. Lo que hacemos nosotros como servidores públicos, somos fácilmente cuestionados por alguna acción, alguna conducta que en el cotidiano quehacer hacemos; aunque sea privada en tu casa, en tu familia, en una reunión, en un restaurante, en la calle, cualquier cosa que hagas sí te repercute en lo público.
4) Expresa tu amor al prójimo, a la patria, a tus semejantes. Lo que yo llamo la virtud de la República.
Aristóteles y Maquiavelo, sobre todo este último, Maquiavelo decía: “La virtud de la República, es decir, el amor a la igualdad, no es una verdad moral ni una verdad cristiana, es la virtud política”. Eso decía Maquiavelo.
5) Evita el egocentrismo, porque los afanes democráticos se esfuman o se pierden en un afán egocéntrico.
Cuando tú quieres ser el centro de todo y no compartes con tu equipo y no compartes con tu generación y con tu grupo los objetivos sino que tú quieres ser el único, el alma conforme al cual gire todo, eso es lo peor que te puede suceder.
Podrás hacerlo temporalmente, pero con el tiempo te perderás.
6) La soberbia, aléjate de ella. Es un efecto pernicioso y un defecto político.
Es un error que asumas actitudes de soberbia en una sociedad, sobre todo cuando pretendes ser servidor o representante popular.
7) Sacúdete de la frivolidad y la indiferencia, porque con ellos se abstrae de la realidad.
No está desvinculado este proceso de un afán de la sociedad. Al contrario, el asumir la frivolidad y la indiferencia social, te estás desarticulando de ella y te estás alejando; y propicia vicios graves, como la opacidad, la complicidad, el abuso, el tráfico de influencias.
Esto al final desencadena en degradación y también decadencia.
Así es que no actúes con frivolidad, no actúes con indiferencia. No quieras ser legislador o servidor público para aprovechar los privilegios, el salario, las prestaciones, el cúmulo de privilegios que te da el ser servidor público; ese no es el propósito para el cual debes servir a la sociedad.
8) Evita el fingimiento político, porque esto destruye las vidas y también te genera una destrucción de la sociedad.
Si eres hijo de campesino, siéntete orgulloso de eso. Si eres una hija de una maestra o de un comerciante que vende verduras en el mercado, siéntete orgulloso de ello.
Yo soy hijo de campesino. Vendía agua fresca en el mercado para poder sostener mis estudios y vendía productos agropecuarios en el tianguis para poder sacar dinero y pagar la colegiatura; y eso a mí no me genera ningún problema.
Me siento orgulloso porque vengo desde abajo.
Si sus padres son comerciantes, empleados públicos modestos, profesionistas independientes, maestras, maestros, trabajadores, albañiles, siéntanse orgullosos de ello. No renieguen nunca de eso.
Eviten fingir. Si son católicos, masones, libres pensadores, cristianos, evangélicos díganlo, no lo oculten, no finjan lo que no son, ni tampoco piensen que ubicarse en grupos económicos superiores al suyo van a ser aceptados. Nunca van a ser aceptados.
Mejor traten de ser los mejores, ser las mejores y ayudar a la gente que está rodeándolos en su barrio, en su ejido, en su comunidad.
9) La ley es la vida de los Estados.
Es un deber aceptar y cumplir con las normas si vives en una sociedad.
No pienses que la extrema opulencia otorga felicidad.
Hay quienes suponen que la opulencia y el exceso de riqueza es la felicidad.
Yo debatía hace mucho tiempo en la Preparatoria en la UNAM con un compañero sobre la riqueza y sobre el exceso, y le decía: “No es la felicidad la riqueza”; y él bromeando me decía: “Bueno. Sí tienes razón al final, no es la felicidad pero te deja en la esquina de la entrada a la felicidad”.
Entonces, no es así, no es así. El político que está destinado a ser servidor público tiene que actuar con sensibilidad. Tiene que ver lo que ocurre en su entorno, tiene que ver lo que pasa en el transporte público cuando lo usas. Tienes que ver cuando te sientas en una banca del jardín o del parque más próximo para que veas tu entorno y no pierdas realidad con lo que está pasando.
10) No mientas, no mientas. Las mentiras políticas son una bofetada a la sociedad.
Tarde que temprano se desnuda la mentira y vas a quedar muy mal frente a todos y a todas.
Por eso traten de ser felices, no fingir, no ser frívolos, no ser soberbios, amar a su prójimo, ayudar a su gente, ser servidores públicos honestos, rectos y serán felices.
ADENDUM: Cualquiera de estas y estos jóvenes estudiantes, imbuidos de sólidos principios como los que contiene el Decalógo de Monreal, puede ser excelente servidor público y en el futuro no lejano, llegar a ser un buen Presidente de México.
mohacan@prodigy.net.mx