DE LINDES
En Estados Unidos, cualquier persona que esté acusada de un crimen es inocente hasta que se demuestre lo contrario, por dicha razón es que aún cuando el polémico congresista republicano, George Santos, fue acusado en días pasados de 13 delitos, entre los que destacan fraude y lavado de dinero, y cuando incluso fue detenido por esto, hoy después de haber pagado una fianza de 500,000 dólares, puede seguir siendo un miembro activo del congreso, como si nada pasara, e incluso puede participar en las votaciones que se lleven a cabo en las Cámaras de Representantes.
Lo cual ha desatado una oleada de críticas sobre todo hacia el partido republicano, que al parecer con tal de seguir manteniendo un representante más que los ayude en el congreso, parece prefieren continuar haciéndose de la vista gorda, como lo han hecho hasta ahorita con respecto a Santos, con tal de no expulsarlo de sus filas.
Y es que desde el día uno, el congresista por Long Island se ha mantenido en el ojo del huracán, primero porque se descubrió que todas sus declaraciones con respecto a su vida, sus trabajos, su preparación académica e incluso su origen eran una absoluta mentira, sin embargo con todo y eso, logró erguirse como un miembro del congreso, incluso en contra de la opinión de algunos republicanos prominentes como Mitt Romney, quienes instaran a su partido a expulsar de sus filas a un hombre que ponía en mal el nombre del partido conservador, sin embargo para los dirigentes republicanos nada de esto importó y permitieron se quedara en el puesto con tal de no perder participación, y hoy con todo y que Santos admitió su participación en un fraude en Brasil, y que incluso firmó un acuerdo con la justicia de dicha nación y que además sigue su proceso judicial por los crímenes que se le imputan en Estados Unidos, la cúpula republicana parece inamovible en su decisión y hasta el momento no ha dado indicios de escuchar a quienes exigen su renuncia, ya que incluso declararon que permitirán que el proceso legal siga su curso, lo que evidencia que en los gobiernos de la mayoría de las naciones, no importan los hechos sino los beneficios y aún cuando haya miembros activos que parecen ensuciar el nombre de algunos partidos o gobiernos, es más importante los intereses personales que el beneficio de las naciones, porque a final de cuentas como bien dijo Maquiavelo; “La política es el arte de engañar “.
JESSICA WOOLRICH