La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
En ocasiones, resulta más didáctica ‘La Lecherita’ que ‘El Príncipe’
Los procesos electorales, para las gubernaturas de Coahuila y el Estado de México, dejan varias enseñanzas para los aspirantes de MORENA, que buscarán gobernar Veracruz en 2024, veamos algunos puntos.
En principio, ningún candidato o candidata tiene asegurado ser el abanderado, Ricardo Mejía fue claro favorito del presidente López Obrador durante meses, no obstante, al final de cuentas, al no estar bien posicionado en las encuestas, fue descartado y el dedo se inclinó por el senador Armando Guadiana.
Caso contrario, fue el de la maestra Delfina, que se mantuvo como la elegida del tabasqueño de principio a fin, sin embargo, no fue una buena decisión, debido a que la enorme ventaja con la que inició sobre Alejandra del Moral se redujo considerablemente, al grado de que se habla de un empate técnico, de ser así, no basta con ser la consentida del Tlatoani, no existe transfusión de popularidad.
El tercer asunto, radica en que MORENA (con todo y el manejo de los padrones sociales), no es una maquinara electoral invencible, en Coahuila serán derrotados y en territorio mexiquense, el panorama se les ha complicado.
Derivado de lo anterior, Rocío Nahle, no puede asumirse como la designada en forma anticipada, así cuente con la amistad y respaldo de Cuitláhuac García y Claudia Sheinbaum, además, su operación en tierra es casi nula, tanto Manuel Huerta como Sergio Gutiérrez, tienen más trabajo territorial que la titular de la SENER.
Insistimos, en importante contar con el apoyo presidencial, pero, no es lo único para obtener la postulación y, también, ganar. Mejía y Delfina son ejemplos de ello, mucho ojo.