La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
La motivación es sencilla: lo siempre ajeno, lo nunca nuestro, lo tomaremos
En un análisis razonado, podemos inferir que Alejandra del Moral fue mejor candidata que la maestra Delfina Gómez: mayor experiencia administrativa, mucho mejor capacidad oratoria, joven, madre de familia y un largo etcétera.
Sin embargo, eso no fue suficiente para ganar la elección, la maquinaria electoral de MORENA, con el auxilio de los padrones sociales, fue más que suficiente para lograr una holgada victoria, lo que confirma que las virtudes o debilidades del postulado, no son factor definitivo.
En este contexto, aspirantes como Rocío Nahle, que busca la gubernatura de Veracruz, salen beneficiadas, ya que, si hay titubeos respecto de su rentabilidad electoral, la eficacia de los operadores de tierra (muchos de ellos ex priistas), subsanan cualquier déficit, entre otros, el origen zacatecano de la señora y su casi nulo trabajo de proselitismo.
En el caso de la elección presidencial, aunque tenemos preciso que el más preparado es Marcelo Ebrard, con lo ocurrido en el EDOMEX, tal experiencia profesional y discursiva, no necesariamente se convierte en un plus, el presidente López Obrador tiene claro que puede ganar con Claudia Sheinbaum o Adán Augusto López, el control territorial se lo permite.
No cabe duda, la elección del domingo nulificó el mito de la invencibilidad del Grupo Atlacomulco, además, corroboró que el partido es la vanguardia en los procesos comiciales y si la maquinaria está aceitada, difícilmente se descarrilada.
Por cierto, para aderezar lo anterior, no basta ser buen candidato si no se tiene el apoyo del partido hegemónico, quienes no lo crean, pregúntenle a Ricardo Mejía.