Alberto Martínez Vara
El actual “presidencialismo mexicano” en realidad es una tiranía disfrazada de democracia. Nuestra historia nos ha demostrado que quien llega a ser presidente se convierte en un Rey. Un solo personaje que decreta sus ideales y caprichos y no hay quien pueda debatirlos, porque no hay un contrapeso legal.
En los países progresistas existe un contrapeso a ese sistema autoritario y se llama Parlamento. Y está basado en que existen dos entes con la misma autoridad quienes se tienen que poner de acuerdo para ejercer la autoridad. El problema que tenemos es que, para poder tener ese sistema de gobierno, se tendría que cambiar la Constitución Mexicana.
Peeero… el gobierno actual ha cambiado muchísimas leyes y reglamentos para lograr destruir muchísimas instituciones. La oposición solo necesita hacer un “copy-paste” del sistema que han utilizado y cambiar los procedimientos que se requieran. Si hacen lo mismo, ese cambio se podría lograr de manera práctica, tan solo proponiendo una campaña con un candidato a la presidencia junto con un candidato adjunto. Y que propusieran gobernar juntos.
La propuesta suena muy difícil, pero es realizable. Esos cambios a las leyes los hemos sufrido desde hace más de 5 años.
Ese contrapeso tiene varios nombres, pero está basado en un concepto que históricamente ha sido usado. El Dúo.
-En las familias existe un dúo que gobierna: el padre y la madre.
-En las empresas siempre hay un dúo que son el presidente del Consejo de Administración y el Director.
-En la aplicación de la justicia hay un acusador y un defensor.
-En la salud existe un Médico Internista que diagnostica la enfermedad y un Médico Especialista que corrige las causas.
-En un avión siempre hay un dúo que son el Capitán y el Copiloto.
-En la educación quien pone las reglas es un director y su contrapeso es un Consejo de Padres y Maestros.
La Oposición debe proponer un dúo: Una persona que conozca las carencias de la mayoría de la ciudadanía y se identifique con ellos para poder ganar la elección y otra persona con experiencia para solicitar el apoyo de los países de primer mundo para vigilar la elección y después apoyar a las empresas e internacionalizar a nuestro país.
Hoy se ve una luz al final del túnel y se presenta la opción de tener a una Xóchitl Gálvez que se identifica y se comunica perfectamente con las mayorías y un Enrique De la Madrid, que se conecta con los sectores de los profesionistas, empresarios y con nuestros socios de otros países.
Una idea cómo está puede parecer absurda e imposible, pero ya llevamos 5 años en los que todas las propuestas absurdas e imposibles se han llevado a cabo, debido a los caprichos de un solo hombre.
Si un cambio absurdo ya se pudo hacer para destruirnos, también se puede hacer un cambio inteligente para rescatarnos.
Si queremos salvar a México…
La solución es un dúo.
amv@albertomartinezvara.com