Cicuta
Jaime Flores Martínez
Miércoles 28 de junio del 2023.- Obstinado en fastidiarle la existencia a Marina del Pilar Ávila Olmeda (su predecesora en el Gobierno de Baja California), el actual senador de la República Jaime Bonilla Valdez aprovecha cualquier coyuntura para “cargarle caballo”.
La gobernadora denuncia a Bonilla por corrupción, mientras este último presenta una denuncia contra Marina del Pilar porque le dijo tóxico.
Al margen de las diferencias entre ambos, el señor Bonilla debe darse cuenta que su constante postura de confrontación no le ayudará si acaso quiere competir en las próximas elecciones.
El actual diputado local Marco Antonio Blásquez Salinas, quien se presume “asesor” de Bonilla, debería decirle que sus constantes ataques a Marina del Pilar ya provocaron hartazgo entre una buena parte de los bajacalifornianos.
Lejos de sugerirle una actitud inteligentemente mesurada y conciliadora, el vividor Blásquez le recomienda golpeteo, descalificaciones e intermitentes ataques a la gobernadora.
Si bien esta última llamó “tóxico” a Bonilla hace unas tres semanas, el senador le respondió con más ataques y responsabilizándola de prácticamente todos los males que aquejan la región.
Si su asesor consentido no lo hace, entonces “alguien” puede recomendarle al señor senador que piense con el cerebro y no con el hígado.
Jaime Bonilla debe ubicarse en tiempos futuros, en momentos que pueda desenvolverse como candidato y visualizar que Marina del Pilar aun será la gobernadora, lo que significa que puede echar mano de todo el aparato del Estado.
Aun ahora que es senador de la República, Jaime Bonilla debió revivir las Jornadas por la Paz, que no es otra cosa que apilar a su pandilla una vez por semana y desde ahí tener tribuna para lanzar ataques y descalificaciones.
De ninguna manera el columnista busca defender a la gobernadora Marina del Pilar, a quien ni siquiera conoce personalmente.
Esta señora tiene todo un aparato de Estado para defenderse, y la percepción social sobre sus fallas y los errores que cometa como mandataria deben considerarse evidentes.
Así pues, Jaime Bonilla no se hace ningún favor al disparar escopetazos a diestra y siniestra.
En sus ratos de reflexión (que debe tenerlos) este hombre debe visualizar que la gente ya no quiere violencia,
Debe observarse como un personaje propositivo, inteligente, conciliador y habilidoso en la solución de problemas.
Bonilla debe saber que la visión de Cicuta es compartida por al menos uno de sus aplaudidores semanales.
El fin de semana antepasado se paró ante su ejército de focas para responsabilizar a la gobernadora de la decisión de la alcaldesa de Tijuana Monserrat Caballero Ramírez de resguardarse en el cuartel militar para garantizar su seguridad.
El aplaudidor consultado recordó que fue el propio Bonilla el que “enemistó” a la alcaldesa Monserrat y a la gobernadora Marina.
Primero el senador rompió con Marina y después con Monserrat.
Ahora aprovecha la pugna entre ellas y decide culpar a quien le resulta más peligrosa, y todo lo hace (eso cree) en beneficio propio.
Piedra
Muy cierta resulta la observación del comunicador capitalino Carlos del Rio, quien recientemente refirió que —en lo que va de este sexenio— el tema de “los derechos humanos” dejo de mencionarse en medios de comunicación y redes sociales.
Pareciera que “la Piedra” colocada al principio de este gobierno en la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) es precisamente para intentar enterrar el tema.
Desde luego que el nombramiento de Rosario Piedra Ibarra en la CNDH se observó como un retroceso para la defensa de derechos humanos.
Un viejo activista latino residente en Estados Unidos se pregunta por qué las agrupaciones mexicanas de derechos humanos guardan un “silencio tan ruidoso” ante los abusos, agresiones y asesinatos cometidos por militares desde iniciado este sexenio.
Los mexicanos hemos visto cómo los soldados matan civiles sometidos y después de ver tan crudas imágenes llega un silencio absoluto.
Resulta irrebatible que la CNDH les echa tierrita a estos asuntos en lugar de ondear una defensa tan necesaria en un auténtico estado de derecho.
Cierto que la CNDH no tiene capacidad jurídica, es decir, no tiene la capacidad para castigar a los agresores, aunque si tiene la obligación de emitir recomendaciones y exhibir a los violadores de derechos humanos.
Sin embargo, la impresión es que la CNDH no tiene ninguna capacidad.
Alguien podrá decir en descargo de Rosario Piedra que no podría emitir alguna recomendación al ejército, porque es la dependencia consentida del actual gobierno,
Visto así, los militares pueden incurrir en excesos, en abusos y asesinatos y nadie les dirá algo.
Después de observar la actitud de la señora Piedra y de la CNDH queda claro que, al menos en este sexenio, la impunidad está garantizada y los derechos humanos condenados.
Positivo
Qué bueno que los cardiólogos mexicanos implementarán una estrategia para rescatar de la muerte a muchísimos integrantes de nuestra sociedad.
Hace un par de días el presidente de la Asociación Nacional de Cardiólogos de México Arturo Guerra López, informó que sus representados en todo el país, están decididos a emprender campañas de concientización para que disminuyan las afecciones cardiovasculares.
El doctor Guerra dice que la primera causa de muerte en México (aun si se trata de mujeres), son por causas —directa o indirectamente—relacionadas con padecimientos cardiovasculares.
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