DE FRENTE Y DE PERFIL
RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
Como una sorpresa para muchos se presentan la caída de Marcelo Ebrard Casaubon en las encuestas previas a las que habrá de realizar su partido para elegir al candidato presidencial de MORENA y aliados.
Marcelo inició un poco detrás de los momios de Claudia Sheinbaum Pardo sus recorridos por todo el país, pero, aparentemente, la estrategia diseñada no le está rindiendo los frutos esperados.
Para muchos fue una decepción el que Marcelo ofreciera de inicio la creación de una secretaría de la 4T, si llegase a la Presidencia de la República y más el hecho de que la misma la encabezaría Andrés López Beltrán, el hijo del Presidente de la República. Otro golpe demoledor es el que circula por diversos medios la especia de que Marcelo actuó como caballo de Troya en el Estado de México.
Otro trancazo en su contra es el autoaplicado por el propio Marcelo, ya que se creía que Ebrard Casaubon podría aplicar una política diferente dentro de la cuarta transformación y más lo constituyó el hecho de que el propio “Andy”, salió de inmediato a rechazarla, agradecer la distinción y aclarar que no juega con ninguna de las “corcholatas”.
Marcelo representaba la ilusión de aplicar nuevas políticas, sin variar las políticas sociales, pero lejano a la grandilocuencia del actual Ejecutivo federal y distante del choque continuo que mantiene en las mañaneras.
De las tres “corcholatas”, Marcelo era la esperanza de las clases medias y algunos sectores que han sido golpeados por la actual administración, ya que su trayectoria así lo hacía sentir.
Marcelo abrevó del PRI, luego pasó al PVEM. Siguió en el Centro Democrático, se alió con el PRD, coqueteó con MC y culminó en MORENA, donde se afilió para estar en condiciones de disputar la candidatura presidencial.
Ese recorrido por diversos partidos hacía ver a Marcelo como el político menos radical de las “corcholatas”, con expectativas distintas y posibilidades de construir diálogos con la oposición y diversos sectores de la población.
Sin embargo, su desliz con la oferta al hijo del Presidente y otros errores de campaña han menguado sus respaldos y lo sitúan a la baja, alejado cada vez más de Claudia y cercano a Adán Augusto López.
Y es que Marcelo comenzó titubeante sus recorridos por el país, demasiado relajado y los apoyos que se habían manifestado a su favor se van alejando, dejando en claro que Marcelo no era como lo pintaban.
Su retrato es distinto al de inicios de campaña, su figura se diluye, se le ve apagado, sin chispa y con demasiadas quejas sobre sus adversarios internos.
Lo peor de todo es que con la aparición de diversos personajes de la oposición, la atención que se pone sobre las “corcholatas” es menor y el crecimiento exponencial es el del nuevo fenómeno de la redes, Xóchitl Gálvez, quien disfruta de sus momentos de éxito.
Para colmo de males para Marcelo Claudia muestra otra faceta, cambiando su discurso, acercándose más a la gente y con mayor templanza y seguridad como muestra el video en el que unos opositores la increpan y cuestionan sobre el fracaso de la política de la 4T y Claudia sin perder el aplomo les responde con un seco, buenas noches, evitando caer en confrontaciones.
Dentro de las corcholatas, Claudia crece, Marcelo va a la baja y Adán no muestra crecimiento.
La atención que recibían las “corcholatas” comenzará a bajar en los días siguiente, cuando se cierre el ciclo de registro de los aspirantes del Frente Amplio Opositor, se reduzca el número de aspirantes y comience el debate en redes y medios del partido gobernante y la alianza opositora.
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Xóchitl Gálvez continúa convulsionando a las redes sociales con sus confesiones. Se asume como una mujer que habla siempre con la verdad, razón por la que confiesa haber consumido hongos alucinógenos, peyote y ayahuasca. En un intento por acercarse a los jóvenes cada vez más renuentes a votar.
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