CAFÉ DE MAÑANA
Por José Luis Enríquez Ambell
La institución presidencial en México -sin importar la extracción partidista del Jefe del Poder Ejecutivo en turno- tiene, mantiene y sostiene controles y mucho más en la recta final del mandato, tiempo y espacio, y dónde la historia nos dice que suele relajarse el trato y la convivencia entre el Presidente y algunos Gobernadores.
Hace unas horas, casi dos días, don Andrés Manuel López Obrador, convocó, -tal y como sucedió en menos de dos semanas- a reunión en el Palacio Nacional, con al menos un grupo de gobernadores.
La responsabilidad de un Mandatario lleva casi siempre a cruzar la división de Poderes y, por supuesto, la soberanía de las entidades y sus Gobernadores cuando se trata del control social, político, legislativo, judicial, entre otros, y parezca o no bien, es una realidad histórica que se ha venido repitiendo.
Alguna ocasión le oí decir a don Luis Echeverría Álvarez, en una plática en el corredor de la casa de la dra. Doña Lilia Berthely, de Tlacotalpan en 1999, que un Presidente de la República sólo necesita a los Gobernadores para dos cosas: “Que ganen las elecciones locales y que no le causen problemas”.
Lo anterior, implica visualizar que la voluntad presidencial, aún en estos tiempos democráticos, se continúa imponiendo y se entiende que lo es en busca de mantener el control que evite una convulsión social y política e innecesaria.
Las variables en casi cinco años del régimen actual han venido a recordarnos la hegemónica etapa de antes del año 2000 donde prevaleció un hiper presidencialismo, y en la que se politizaba la justicia hasta electoral con un aperturismo muy cerrado; de ahí que don Andrés Manuel está en su papel de mantener el control, al menos hasta el último día de su mandato.
Y es que cabe advertir dos sucesos como un parteaguas. En el México del 2018 hubo tal hartazgo social que los sufragios en las urnas fueron poco más de 30 millones, tan sólo para Morena, cifra que ningún otro partido había alcanzado. Y, por otro lado, a partir de la pandemia por COVID “reapareció” en las elecciones de 2021 y en 2023 el fenómeno llamado “abstencionismo”.
Es inevitable aceptar que los resultados en las jornadas electorales entre 2021 y 2023 muestran un abstencionismo creciente y se pensó que se habría dado a raíz de la pandemia, pero ya lo habremos de medir mejor en 2024, y este tipo de factores, llevan al Presidente a tener que implementar un mayor control, a partir de los nueve estados (Cdmx, Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán) donde se podría marcar diferencia a favor, en contra de la continuidad o no, para la llamada Cuarta Transformación.
UN CAFÉ CON DOBLE CARGA
Los partidos en la elección de sus candidatos, después de la pandemia, están obligados, si quieren tener posibilidades de competir, a proponer personas, hombres y mujeres que cumplan con exigencias ciudadanas. Y es que, ya no sólo vale la militancia y quizá los méritos partidarios, sino tener una hoja de servicio ciudadano y público que avale las características éticas y actitudinales que reclama la población y también las que están relacionadas con las capacidades y los talentos conocidos y hasta reconocidos.
DE SOBREMESA
El psicoanalista Sigmund Freud hablaba de las fuerzas controladoras en la conducta humana. Y en ese sentido, tengo la impresión que el Presidente de México, está siendo asesorado para utilizar a las masas hasta la frontera de la próxima elección y beneficiar a su Gobierno y partido político en busca de perpetuar a la 4T. Ese mecanismo controlador, lo pretende operar sosteniendo frecuentes y constantes reuniones presenciales con todos los Gobernadores, en lo posible y a su disposición.
UN CAFÉ PARA LLEVAR
Ese modelo de reuniones cerradas, irán en aumento y se estarían replicando en las entidades federativas por los Gobernadores, y construir un termómetro de medición que lleve, hasta donde alcancé, a tener el control que evite también las traiciones en momentos de definiciones para el Presidente, pues se nota cierta desconfianza que, a estas alturas del régimen, debería estar superada.
UN CAFÉ LECHERO LIGHT DIVORCIADO
La fidelidad de todos los Gobernadores -los que están, saldrán y continuarán después del 2024- en la actitud controladora presidencial a través de reuniones cerradas por don Andrés Manuel, en algún momento podría llevar a la aparición de algunas rispideces, como sucedió con algunos entre 2018 y 2020, sobre todo con Gobernadores que no son de Morena.
UN CAFÉ CON CANELA Y PANELA
En ese sentido de control presidencial que estaría permeando en los Gobernadores, pueden incluirse ajustes en las estructuras de los gabinetes para colocar a quienes cerrarán el sexenio, y así buscar cuidar la etapa transexenal en lo nacional, y, en al menos, los nueve estados del país que estarán en la boleta venidera.
UN CAFÉ NEGRO VERACRUZANO
Los momentos de precampaña que se están viviendo en México, y que pareciera que algunos actores no están respetando el lenguaje y la conducta, podría elevar el ambiente de la irrespetuosidad al grado de faltarle a los electores, e incluso desde que empiecen las encuestas formales y posibles debates de ideas, ya ni se diga precio a las urnas.
¡ ES CUANTO !
enriquezambell@gmail.com