* Hoy ya es más importante tener agua que petróleo. Pero estamos inmersos en esa cultura de Pemex por encima del lábaro patrio, mientras los acuerdos bilaterales entre México y Estados Unidos sobre las aguas del Colorado y del Bravo y la plataforma continental del Golfo de México, son manoseados todos los días, porque a los vecinos del norte no les conviene respetarlos. Pero a nadie se nos ocurre corroborar un hecho irrebatible: a todo florero le hace falta agua
Gregorio Ortega Molina
Medio ambiente, energía y sostenibilidad
Es momento de preguntarnos si maltratamos nuestras casas como lo hacemos con nuestro planeta, el hogar de todos. Y no es un problema característico de los mexicanos, en todas las naciones dominan la codicia y la estulticia en lo referente al medio ambiente.
Se vierten aguas residuales en lagunas, ríos, mares… se trafica con los huevos de tortuga, la aleta de tiburón, la carne de ballena, el cuerno del rinoceronte, en la estúpida creencia de que les confiere poder sexual a quienes los consumen.
Diezman bosques y selvas para enriquecerse con la venta de madera, o para abrir caminos, o para tender la vía de un ferrocarril que haría trascender en la historia a quien decidió construirlo, sin dar explicaciones ni saber, bien a bien, para qué.
La energía debe ser sustentable, aunque al presidente mexicano no le gusten los ventiladores, y aunque hayan sucedido Chernóbil y Fukushima, pero prefieren tener contento a Guadiana y comprarle su carbón, aunque las minas se derrumben y sea imposible el rescate de los cadáveres. Lo mismo sucede con esa terquedad de continuar usando combustibles fósiles para los vehículos, cuando las grandes compañías producen autos eléctricos y los de gasolina y diésel desaparecerán.
El diagnóstico de mexicolectivo debiera alarmarnos, pero no ocurrirá así, ni siquiera entre quienes ya recorren la república a la busca de ese efímero poder que los enloquece.
- Medio ambiente y sostenibilidad. El medio ambiente y los recursos naturales juegan un papel fundamental en el bienestar humano y el desarrollo sostenible de todas las naciones… el país enfrenta problemas de escasez y contaminación del agua. La sobreexplotación de los acuíferos, la contaminación industrial y agrícola, así como la falta de acceso a servicios de agua potable y saneamiento básico en algunas regiones, tienen un impacto directo en la salud y el bienestar de las personas. Además, la falta de agua adecuada puede limitar el desarrollo de actividades económicas como la agricultura y la industria.
- Movilidad. México es hoy un país primordialmente humano. El Índice de Ciudades Prósperas de ONU Hábitat (2017), además de señalar el crecimiento exponencial
- +, también resalta que en las próximas décadas pasará de contar con 384 ciudades a 961 en 2023, haciéndolo un país con una gran urbanización en donde se concentrará, al menos, el 82.3 por ciento de la población, en más de 47 zonas metropolitanas. Se trata, entonces, de crecer, darles transporte público eficiente para evitar la contaminación y, al mismo tiempo, evitar la despoblación del campo.
- Energía. Seguramente algunos o muchos piensan que Dos Bocas es la solución mágica al problema, pero la realidad es que México enfrenta serios problemas en el sector energético que impactan las finanzas públicas del país, nos hacen perder oportunidades de inversión y comprometen el futuro de todos los mexicanos. ¿Alguien sabe qué pasa con Laguna Verde?
- Agua. El país tiene una situación creciente de estrés hídrico per cápita, lo que significa que la falta de agua dulce disponible para la población y las actividades económicas productivas se ha convertido en una limitante para el crecimiento en amplias zonas de la república, lo que está comenzando a generar impactos sociales negativos de gran relevancia y preocupación.
Hoy ya es más importante tener agua que petróleo. Pero estamos inmersos en esa cultura de Pemex por encima del lábaro patrio, mientras los acuerdos bilaterales entre México y Estados Unidos, sobre las aguas del Colorado y del Bravo y la plataforma continental del Golfo de México, son manoseados todos los días, porque a los vecinos del norte no les conviene respetarlos.
Pero a nadie se nos ocurre corroborar un hecho irrebatible: a todo florero le hace falta agua.
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