Visiones y perversiones
Carlos Ferreyra
Buceando por las entrañas de internet, me queda la amarga sospecha de que todo va mal y que el entusiasmo por Xóchitl, la aspirante puntera,en los momentos decisivos se acabará.
Debemos admitirlo, Morena y particularmente su propietario, nos marcaron la ruta de la protesta infantiloide, inane y nada más con la intención de que en el entorno cercano, piensen que el protestante piensa y reclama con gran valor, pues.
Nada me resulta más ofensivo que los autores de textos que, con indudable energía, exigen justicia para tal o cual crimen.
Las autoridades, no tengo duda porque llegué a presenciarlo, con gesto de fastidio dan vuelta a la hoja y sin recato expresan: como joroba esta gente. Con palabras más ofensivas, desde luego.
¿Recuerdan la bestial masacre de 72 centroamericanos en San Fernando? ¿Con los cinco jóvenes que tantas exigencias causaron? ¿Con los 40 detenidos en la cárcel migratoria y quemados vivos?
Nuestro amado líder al que nuestras divinidades ancestrales nos conserven por lo menos otros tres sexenios, cuando fue informado de los jóvenes, contó un chiste en vivo y a todo color, como vulgar estandupero y cortó con un “No oigo” y adiós.
No fue suficiente. Varios meses atrás le mencionaron a los quemados, quienes murieron no tanto por haberle prendido fuego a las colchonetas como por haber sido encerrados con cadenas y candados en el sitio del incendio.
López, debemos retirarle el segundo apellido que quizá no merezca o nunca tuvo, hizo sus carantoñas graciosas, sonrió a medias y aseguró que le habían dicho que eran 34 víctimas, aceptó que fueron 42, pero agregó que nadie los había invitado y estaban ilegalmente en el país.
Versión no comprobable, salvo que alguien conserve una grabación: ahora a ver que sus familiares paguen las colchonetas.
Sigo con las redes que en los casos mencionados concitaron la indignación a los más altos niveles sociales. La masa, cuyo panorama nunca muestra más allá que el asalto en los camiones, el asesinato público, la ejecución policiaca, no se conmueve, salvo los deudos de las víctimas.
Alrededor de todo esto se encuentra la progresiva insensibilidad de un sujeto que habla de todo, porque no hay Dios que se le oculte y mira con creciente vanidad de elegido, su foto, la grabación y se mira una y mil veces diarias.
Es el huevo y la gallina. ¿Qué fue primero? Lo mismo habrá que preguntar cuándo del poder ciudadano transformado en poder total, dota al elegido de la infalibilidad, la imposibilidad de equivocarse, aún si lo intenta.
La historia de López muestra a un individuo de terribles limitaciones intelectuales y culturales en general; una vida de trampas e impunidades que llegan al crimen, y concediendo que la muerte de su hermano fue un lamentable accidente, nada lo exime de su culpabilidad por el asesinato de 160 mil personas en sus cuatro años de mandato
Yo no odio, dice con el ritmo de quien canta una canción; abrazos no balazos, repite una y otra vez en tanto su jauría desaforada,ladra, aúlla y repite sin entenderlo, que todo es consecuencia de Guerrade Calderón y la continuación con Peña.
No mencionan porque ni siquiera lo saben, que juntos los sexenios citados, apenas rebasan la mitad de víctimas de López. Y se insiste en responsabilizar cuando periódicamente viaja a Badiraguato a rendir pleitesía a la madre de El Chapo y se hace presente en el cumpleaños del nieto, Ovidio.
El acceso a la Silla del Águila, sea Claudia o Adán, no le da confianza de que los vecinos del norte lo persigan, lo atrapen y lo enchiqueren. Y si sus más cercanos y fieles cánidos no le dan tranquilidad, menos confianza si se trepa la oposición.
Anulado el francesito pretencioso, pero ya de plano como opositor, se asoma Ricardo Monreal que de inmediato se desligará del pejismo. La Xóchitl lamentablemente repitiendo y amplificando las patochadas de López, habla de todo, aparece en media decena de entrevistas diarias, da consejos y anda en moto o bicicleta.
Seriedad, señora Gálvez no queremos repeticiones ni clones. ¡No por piedad!