José Alberto Sánchez Nava
1.-En el vasto y enigmático escenario de la nación mexicana, una crisis de proporciones colosales ha tomado protagonismo, erosionando los cimientos de la atención médica pública. Un ambiente de incertidumbre y desesperación se cierne sobre los pacientes, mientras la falta de medicamentos cruciales, particularmente en el ámbito psiquiátrico y en el tratamiento del cáncer infantil, destapa una herida social que sangra sin cesar. A este alarmante escenario se le suma la carestía de suministros quirúrgicos y prótesis esenciales para miles de pacientes. En medio de este panorama, emerge el presidente Andrés Manuel López Obrador con una nueva ‘ocurrencia’, como bien describe la opinión pública, al proclamar la inminente llegada de una “mega-farmacia” que, según sus palabras, contendrá todas las medicinas del mundo para diciembre de 2023.
2.-El presidente, en su intento por disipar la desconfianza en su enfoque de la salud pública, ha soltado al viento una afirmación que parece surgir más de la fantasía que de la realidad. La incredulidad no es solo palpable en la ciudadanía, sino también en el sector médico y científico, que observan con ceño fruncido tal promesa irreal. Una “mega-farmacia” que ostentará la totalidad de medicamentos disponibles en el mundo parece más una fábula que una solución coherente a los desafíos actuales.
3.-Debemos recordar que el camino hacia esta crisis no ha sido repentino, sino pavimentado por una serie de decisiones cuestionables y cambios estructurales en el sistema de salud mexicano. La desaparición del Seguro Popular y la introducción del INSABI dejaron un vacío problemático en la atención médica. Ahora, la propuesta del IMSS Bienestar, sin una clara línea de implementación, agrega un matiz confuso a esta crisis de atención médica en el país. La incertidumbre se amplifica ante la insinuación de que esta “megafarmacia” coexistirá con el IMSS y los ya existentes programas de salud. Surge la pregunta inevitable: ¿cómo se alinearán estas instituciones de manera funcional y lógica?
4.-La desaparición de más de 32 normas oficiales de tratamiento para diversas enfermedades solo acentúa el desconcierto. ¿Cómo podemos confiar en una ‘megafarmacia’ cuando las bases mismas de la atención médica, los protocolos estandarizados, están siendo eliminadas? Los pilares mismos de la práctica médica basada en evidencia están siendo cuestionados, mientras la salud de la nación pende de un hilo.
5.-En medio de esta tormenta de incertidumbre, es fundamental que la voz de la razón y la lógica prevalezcan. La atención médica no es un terreno para ocurrencias grandilocuentes, sino para planificación cuidadosa, implementación estratégica y un compromiso inquebrantable con el bienestar del pueblo. México merece soluciones genuinas y sostenibles, no meras fantasías que evocan más escepticismo que esperanza.
6.-La crisis actual exige un enfoque audaz, pero también reflexivo y preciso. Si bien la idea de una “mega-farmacia” puede tener cierto atractivo superficial, es esencial que se sustente en un plan concreto y en un entendimiento profundo de la complejidad de los desafíos de salud que enfrenta el país. Solo así podrá restablecerse la confianza y la esperanza en un sistema de atención médica que es más que una utopía, es un derecho fundamental de cada mexicano.
Enfrentando la Epidemia Renal en México
7.-Somos el tercer país con mayor prevalencia de enfermedad renal crónica a nivel mundial. Un manto nefasto que afecta no solo a la salud de nuestra nación, sino a la base misma de nuestro bienestar y futuro. Estamos ante una encrucijada de dimensiones épicas, donde la empresa Baxter parece desempeñar un papel destacado, y el gobierno, en su papel de timonel, ha dejado mucho que desear en la navegación de esta tormenta renal.
8.-Las cifras son contundentes, revelando una realidad inquietante que exige atención inmediata y acciones contundentes. Se estima que alrededor del 11% de la población mexicana, cerca de 13 millones de almas, cargan sobre sus hombros algún grado de daño en sus riñones. Una epidemia silente que ha estado gestándose durante décadas, pero que ahora clama por nuestra atención con urgencia. En este contexto, no es sorpresa que Baxter, una compañía médica multinacional especializada en productos y tecnologías para la salud renal, haya encontrado en México un mercado estratégico. Es, sin duda, una unión en la que la empresa ve oportunidad y la nación, desesperada por soluciones, encuentra un potencial alivio.
9.-Sin embargo, no se puede eludir el cuestionamiento de cómo hemos llegado a este punto. La responsabilidad en gran medida recae sobre los hombros del gobierno mexicano, que parece haberse adentrado en un laberinto de desaciertos en su respuesta a esta crisis renal. La falta de prioridad sanitaria es palpable, con la enfermedad renal crónica relegada a las sombras de la atención médica. Las políticas de prevención y detección temprana han sido insuficientes y desarticuladas, dejando a la población vulnerable en manos de un sistema fragmentado e ineficiente.