La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
La estrategia del brinco transexenal: primero los aplastan y luego declinan
Las dos grandes decepciones, del proceso morenista para elegir candidata presidencial, fueron, el ex secretario de Gobernación, Adán Augusto López y, el ex presidente de la JUCOPO del Senado, Ricardo Monreal.
En el primer caso, López apenas rebasó el 10% de las preferencias, lo que le dio un virtual empate con Gerardo Fernández Noroña (que dispuso de pocos recursos), en el tercer lugar. En lo que toca al zacatecano, rondó el 6% de popularidad, mismo porcentaje que obtuvo el niño verde, Manuel Velasco, por lo cual, quedaron a la par en el quinto sitio.
Lo curioso del tema, es que ambos fueron piezas claves de la 4T, para resolver conflictos, además, tuvieron importantes cotos de poder, lo que les dio oportunidad de placearse por todo el país, situación que no se correspondió con un aumento en su posicionamiento.
Difícil entender, en qué momento, los aludidos, pensaron que podían ser candidatos presidenciales sí, las mediciones, nunca les confirieron posibilidad alguna, no obstante, el rostro adusto que mostraron en la ceremonia del miércoles, indicó un gran nivel de frustración, a diferencia del ‘güero’, que estaba rozagante y de un Noroña, bastante sereno.
Lo más contradictorio del caso, fue pensar, así lo manifestaron, que ‘podían dar la sorpresa’, sobre todo el tabasqueño, ya que, si poseyeran la sabia virtud de conocer el timing político, habrían retirado su candidatura y, en consecuencia, obtener el reconocimiento de la ganadora. Ahora, sus bártulos para negociar, no impresionan a nadie.
El poder obnubila, cosas de la vida.