José Alberto Sánchez nava
1.-En un país donde la celebración de la independencia es más que un mero festejo; es un símbolo de unidad, respeto y reconocimiento de nuestra historia y valores, resulta profundamente preocupante cuando esta festividad se ve empañada por decisiones políticas que evidencian la falta de entendimiento y respeto a la estructura institucional fundamental de la nación. El presidente de México, en su calidad de representante del poder ejecutivo, ha determinado no invitar al poder judicial y legislativo a las conmemoraciones de la independencia, justificando esta acción en la supuesta mala relación con los ministros del poder judicial.
2.-Este acto de exclusión, más allá de la aparente justificación personal, refleja una ignorancia preocupante respecto a la esencia de la democracia y la división de poderes, piedra angular de nuestra Constitución. El artículo 49 de nuestra carta magna establece claramente que México se constituye como nación al erigirse tres poderes independientes: el poder legislativo, el poder ejecutivo y el poder judicial. Estos poderes deben gozar de plena autonomía en el ejercicio de sus funciones, sin interferencia o menosprecio de un poder sobre otro.
3.-El poder judicial, con su estructura de órgano colegiado, debe ser respetado como una institución fundamental que garantiza el equilibrio y la justicia en nuestra sociedad. Minimizar la importancia de este poder es, en esencia, menospreciar la propia Constitución que consagra esta división de poderes.
4.-Es esencial recordar que los poderes no son extensiones personales de individuos en posiciones de autoridad, sino instituciones creadas para servir al bienestar de la nación en su conjunto. La relación entre los poderes no debe estar guiada por preferencias ideológicas o personales, sino por el respeto a las instituciones y a la normativa que rige nuestra convivencia.
5.-La fiesta de la independencia, lejos de ser un acto personal o ideológico, debería ser un evento que simbolice la unión y la colaboración entre los distintos poderes, reforzando la idea de que juntos construimos un México más fuerte y justo. Excluir a un poder en este contexto es ignorar la esencia misma de la democracia y la república.
6.-Es imperativo que nuestros líderes políticos entiendan la gravedad de sus acciones y se adhieran al respeto y a la promoción de la división de poderes, ya que esta es la base de una sociedad democrática y equitativa. Solo así podremos garantizar un futuro en el que las diferencias se resuelvan a través del diálogo y la colaboración, en lugar de la exclusión y la confrontación.