La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
El pueblo votó y la cúpula depuró
Con ocho gubernaturas y la jefatura de Gobierno de la CDMX, en juego para 2024, la partidocracia está forzada, por ley, a realizar una propuesta paritaria de candidaturas, es decir: postular 4-5 mujeres y 4-5 hombres, no hay de otra.
Justo, en este marco, la dirigencia del partido en el poder, MORENA, decidió replicar su modelo para elegir candidata presidencial, en las nueve plazas que estarán en disputa, en este contexto, la pregunta obligada es: ¿cuál es el sentido de este ejercicio?
Sí, en tales procesos internos, se imponen, digamos, ocho masculinos (con lo de García Harfuch, la jerga policiaca se convirtió en políticamente correcta), al menos tres deben ser sacrificados para cumplir con la cuota, lo mismo ocurriría, si fuesen ocho femeninas las vencedoras.
Sin embargo, esto resulta más inútil (aún), si hay claros favoritos en la contienda, es decir, si la que tiene en comodato el bastón de mando, ya tomó partido.
Así pues, una política de primer nivel, como Clara Brugada, que desea ser la abanderada de la 4T para la CDMX, se expone a perder, no por los méritos de su adversario, sino, por una decisión cupular para cumplir con la mentada paridad de género, en consecuencia, aunque le ofrecieran una senaduría pluri, saldría lastimada. ¿Qué beneficio tiene tal estrategia?
En Veracruz, ocurre algo similar, sí Rocío Nahle es la favorita de Palacio Nacional y de Sheinbaum: ¿cuál es la necesidad de que participen aspirantes varones en el mecanismo de selección?
Corresponde que, el CEN morenista y la virtual candidata presidencial, asuman su responsabilidad y dejen de lado las simulaciones, las cuales, ni son transformadoras y, también, terminan provocando la división. Ya se verá.