La fiebre de perdón de condenas que hiciera su debut en México, primero con el caso de Florence Cassez, la indignación con Raúl Salinas de Gortari y, la burla de burlas a la población con la liberación de Rafael Caro Quintero, llega a Egipto. El ex dictador Hosni Mubarak podría salir de prisión en 24 horas, quedando en el olvido la sentencia a cadena perpetua que le habría sido impuesta en abril de 2011. El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, anunció la mayor incautación de armas de fuego en el estado.
La liberación, de Mubarak podría inflamar aun más el espíritu popular del país. Sumido en la violencia por del desalojo de los “pacifistas”, de las plazas de Rabaa al Adaweya y Al Nahda, simpatizantes del depuesto presidente Mohammed Mursi.
Hay que reconocer, Mursi, ganó los comicios con el favor del voto popular. Que después permitiera que la Hermandad Musulmana se encumbrara es otra historia.
También la rigidez del ministerio del interior referente a la aplicación de usos y costumbres islámicas más conservadoras, provocó el cisma entre católicos e islámicos, además de, en la población en general con una visión insertada al mundo contemporáneo.
La liberación de Mubarak pareciera de Ripley, condenando por complicidad en el asesinato de manifestantes, y cargos de corrupción. Hoy a dos años del encarcelamiento de Mubarak, la masacre de más mil manifestantes, ya sea por las fuerzas de seguridad del gobierno interino del general Sisi, o por los Hermanos Musulmanes, o ambos bandos, ¿Qué sucederá? ¿Quién juzgara a quién? Y, acaso, con el mismo rigor que al depuesto Mubarak durante la revolución de primavera del 2011.
La medida por parte de la Fiscalía egipcia se prevé temeraria, la excarcelación de Mubarak solo invita a mayores enfrentamientos, a indignación, y podría algún estratega político insinuar que sería el motivo de cohesión del pueblo para formar un solo bando de rechazo o aceptación del gobierno interino de Sisi, cerrar fuerzas, llamar a nueva elecciones para constituir un nuevo gobierno democrático o progresista.
Nueva York. El alcalde Bloomberg anunció la mayor incautación de armas de fuego en el estado. La noticia, le cayó como anillo al dedo al 3 veces elegido alcalde de Nueva York.
(La semana pasada, le comentamos que una juez federal decidió hacer inconstitucional un programa muy controversial para los neoyorquinos. En inglés, se llama Stop-and-Frisk, que en español se traduciría: “Parar y Registrar”.
La magistrada Shira Sheindlind, dictaminó que las detenciones y cateos realizadas por la policía neoyorquina en zonas habitadas por minorías son inconstitucionales).
La confiscación incluye 294 armas de fuego y 19 detenidos. El origen de las armas son los estados de Carolina del Norte y del Sur. El alcalde, al respecto, comentó: “Las Carolinas tienen “leyes débiles” que permiten que criminales compren armas fácilmente. Dijo que esas leyes ponen en peligro a los residentes de Ciudad de Nueva York, y por eso, su administración se ha dedicado a concertar esfuerzos para reducir los delitos con armas de fuego”.
Por su parte, el comisionado de Policía, Ray Kelley, manifestó: “Que no hay imagen más clara de las amenazas que afrontan los neoyorquinos y los agentes de policía, que las 250 operaciones de confiscación de armas”. Al referirse de otras acciones que desembocaron con la mega confiscación.