La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) recuerdan el 148 aniversario del natalicio de Gerardo Murillo Coronado Dr. Atl (3 de octubre de 1875- 15 de agosto de 1964), un artista “sumamente contemporáneo”, expresó en entrevista David Caliz, curador del Museo Nacional de Arte (Munal), recinto que resguarda una de las series más importantes del pintor, los dibujos sobre el nacimiento del volcán Paricutín.
Para el también investigador es imposible hablar sobre todas las etapas del Dr. Atl, “ya que es uno de nuestros artistas más prolíficos, multifacéticos y multidisciplinarios”, sin embargo, resaltó tres cosas: “su interés por la vulcanología, su conocimiento geológico y, algo muy interesante, su acercamiento a la teosofía.
“Fue un gran lector de la filosofía de Friedrich Nietzsche, así como un gran senderista, estos dos aspectos se entienden por la forma en cómo constituyó su pintura, es decir, como una experiencia estética frente a la naturaleza. Me parece interesante, por ejemplo, cómo vive el hecho de ascender a una montaña para expresar en su pintura esos momentos específicos del día, el atardecer o el amanecer”.
Comentó que el Munal cuenta con un espacio dedicado a la obra del Dr. Atl que aborda la importancia del paisaje en México y reflexiona acerca de la renovación que realizó dentro de este género, a partir de los cambios que impulsó en la Academia de San Carlos, el cual trajo un nuevo planteamiento a su estructura académica a inicios del siglo XX, específicamente, a partir de la huelga de 1913.
Asimismo, estas obras también reflejan la influencia que trajo de Europa, donde estuvo en contacto con los movimientos de vanguardia, específicamente el futurismo en Italia, lo cual se ve reflejado en las dimensiones de su paisaje, sobre todo de la última etapa.
“Recordemos que, además, fue un artista longevo”. Destacó que entre las cosas en las que innovó fue en la creación del Atl-color, lo cual habla de su gran conocimiento sobre los aglutinantes, las resinas y el pastel, amén de la manera en que trabajó la forma, la composición, la perspectiva.
“Todo esto hace que Dr. Atl se convierta en un eje fundamental de la plástica mexicana, no solo en términos del pasado, por su interés en rescatar la herencia precolombina y las expresiones populares, sino hacia el futuro, pues muchos artistas, tanto de su generación como de las posteriores, siguieron sus exploraciones”.
Para el especialista, el Dr. Atl no deja de ser un artista contemporáneo y destacó que las fotografías panorámicas que actualmente se toman con los drones, él ya realizaba esas vistas espectaculares en su pintura, cuando, a vuelo de pájaro, las capturaba en los viajes que hacía en avioneta. Esto influyó para crear obras con un carácter futurista y sus reflexiones sobre cómo capturar la velocidad desde la pintura, lo cual trabajó en la década de los años cincuenta y sesenta.
Desdibujó los límites del arte y la ciencia
David Caliz recordó que un momento fundamental para el Dr. Atl fue el nacimiento del volcán Paricutín, un fenómeno que sorprendió a México en 1943, hace 80 años, y del cual hizo un registro pormenorizado en una serie de dibujos.
Son más de 170 dibujos al carbón y lápiz que llegaron al Munal en 2007 por adjudicación, y dan cuenta de todas las reflexiones pictóricas y científicas que hizo el maestro sobre este fenómeno, que publicaría en su libro de ese año, Cómo nace y crece un volcán.
“Esta colección es una de las más importantes en términos científicos y de registro geológico, donde podemos ver cómo los límites del arte y la ciencia se desdibujan, porque nos deja unas vistas fantásticas de las erupciones del volcán, pero también anotaciones pormenorizadas sobre este fenómeno. Registró, por ejemplo, a qué distancia caía la piedra volcánica y los colores de la lava, es decir, prácticamente hace una bitácora de campo de este acontecimiento natural”.
El curador explicó que estas piezas muestran un carácter ambivalente, pues, “al mismo tiempo, son obras artísticas por su calidad plástica, pero también son un vestigio científico sobre la formación de un volcán”.
Además, detalló que el Munal cuenta con pinturas referenciales sobre este momento, como El volcán en la noche estrellada (1945), “una pieza que confirma la importancia que tiene el Dr. Atl en términos estéticos, pues usa esas perspectivas curvilíneas, la cuales recupera del maestro Luis G. Serrano. Es una obra muy querida dentro del museo que, si bien es de formato pequeño, expresa una gran fuerza e intensidad y habla sobre lo sublime de un fenómeno natural que es incontrolable”.
Finalmente, Caliz invitó al público a visitar el recinto y conocer al artista: “Dr. Atl es un personaje que trasciende las fechas, es sumamente contemporáneo en su propuesta plástica, en términos de la renovación que hizo dentro de la Academia de San Carlos, en su preocupación por recuperar el arte popular, e incluso en su carácter intempestivo, a quien podrán conocer a través de la exposición permanente XX en el XIX del Munal.
“En este recorrido exhibimos una cantidad importante de su obra, a través de un núcleo dedicado al paisaje modernista y posimpresionista mexicano, en el que la obra de este artista ofrece una perspectiva particular sobre el Valle de México, donde destacan sus tonos y el uso de pasteles”, finalizó.
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