La guerra en Ucrania continúa, Putin había estado perdiendo terreno y luego de la crisis por la sublevación de Yevgeny Prigozhin, líder del grupo mercenario Wagner todo parecía ir en su contra y la amenaza de una guerra civil se vislumbraba posible, sobre todo por la animadversión del pueblo ruso después de 24 años en el poder a lo largo de los cuales ha logrado imponer una dictadura que parece no tener fin; pues con la sorpresiva muerte de Prigotzin, muy probablemente por órdenes del presidente ruso, el grupo Wagner perdió su fuerza y ahora no le ha quedado más remedio a sus integrantes que doblegarse a las órdenes del gobierno, regresando poco a poco a Ucrania, en donde sus crueles intervenciones han causado acusaciones por crímenes de lesa humanidad, que sin embargo siguen en proceso de investigación.
Ucrania había estado posicionándose gracias al apoyo de Occidente, sobre todo de los Estados Unidos, con la intensa actividad y el liderazgo del presidente ucraniano Volodímir Zelenzky, que ha logrado que el mundo se interese y apoye a su país, invadido y masacrado por la ambición de Vladimir Putin, el hombre tal vez más desprestigiado del planeta y antes admirado gracias a su muy eficaz propaganda de imagen pública, que lo posicionó como un súper hombre fuera de serie por sus muchas cualidades físicas y de control sobre los animales, así como del poder que tiene y su liderazgo. Imagen que decayó después de la invasión a Ucrania y que hizo pensar en su posible derrocamiento, pero ahora, la situación podría cambiar totalmente dados los últimos acontecimientos.
Resulta que Eslovaquia, Polonia, Hungría y el Partido Republicado de Estados Unidos podrían abonar a un reposicionamiento de Rusia en la guerra. Una verdadera sorpresa si observamos como se han venido dando los acontecimientos, en donde Ucrania parecía llegar por fin a recuperar su territorio, con la retirada de los rusos y así comenzar una posible reconstrucción. Pero los apoyos con que contaba podrían desaparecer y cambiar totalmente la geopolítica mundial, con serias repercusiones para el mundo libre.
En Eslovaquia el pasado sábado 30 de septiembre el populista y ex Primer Ministro pro-ruso Robert Fico ganó las elecciones adelantadas. Este político, del Partido Socialdemócrata Populista SMER basó su campaña en mensajes sociales de defensa del ciudadano, agobiado por la inflación que se disparó en los últimos meses a consecuencia de la guerra, circunstancia que supo aprovechar para utilizar una retórica antimigración y de paso hacer una fuerte crítica de las ayudas a Ucrania, con lo que convenció a sus electores de que Ucrania es en gran parte responsable de la crisis eslovaca y no de que la raíz del problema estriba en la invasión rusa, que ha puesto en vilo al mundo entero.
Por otra parte, si bien los países del este de la Unión Europea han dado su apoyo a Ucrania en esta guerra, su posición ha cambiado debido a políticas internas y es que el levantamiento de las restricciones comerciales impuestas transitoriamente por la UE al trigo y oleaginosas de Ucrania, que ha tenido que buscar rutas alternas para sus exportaciones por el bloqueo ruso del Mar Muerto, principalmente a través de Polonia, Eslovaquia, Hungría y Rumania, ha ocasionado problemas, principalmente en Polonia, donde una parte del grano en tránsito ha ido a parar al mercado local, en lugar de sólo pasar por el país, provocando una reducción en los precios, afectando la producción polaca, cuyos depósitos han sido bloqueados y los campesinos se han manifestado en protestas contra Ucrania, por lo que a mediados de abril los gobiernos de Polonia y Hungría prohibieron el ingreso de transportes ucranianos con cereales, forzando asimismo una prohibición temporal de importación en la UE hasta el pasado 15 de septiembre, pero el problema continúa y las presiones a Bruselas son cada vez más evidentes.
En vista de las elecciones parlamentarias en Polonia el 15 de octubre, el Primer Ministro polaco, Mateusz Morawiecki, no quiere correr riesgos y trata de evitar nuevas protestas que afecten los resultados de las elecciones, por lo que ha impuesto la prohibición de importar cereales ucranianos, aunque no su tránsito, lo que resulta un poco difícil de conciliar, por las mismas leyes del mercado.
El primer ministro Húngaro, Viktor Orbán, ha mantenido la prohibición de importar cereales ucranianos y es conocida su inclinación pro-rusa, incluso ha acusado a la UE de representar los intereses estadounidenses y no los europeos. En medios internacionales se dice que es posible que tras esta política de bloqueo a Ucrania, es probable que busque aliados para ir contra el parlamento Europeo, utilizando asimismo discursos que pongan en entredicho la política europea y la posición de Ucrania, para verla como un enemigo a vencer, en lugar de un país invadido por Rusia, que ha violado el Derecho Internacional a todas luces, pero la economía y las necesidades alimentarias juegan un papel más convincente para la población.
En base a estas particulares circunstancias, Polonia y Hungría amenazan con interrumpir los envíos de armas a Ucrania, contando también con el apoyo de Eslovaquia, pues cabe mencionar que los 31 países de la OTAN tienen derecho de veto. Y al respecto, Robert Fico, que ha ganado las elecciones en Eslovaquia, ha prometido hacer uso de su derecho de veto para evitar la ayuda a Ucrania.
En Estados Unidos el Partido Republicano está dispuesto a evitar la ayuda militar a Ucrania y Donald Trump presiona para evitar la ayuda a Ucrania, lo que de alguna manera confirma las acusaciones contra el ex presidente de haber recibido ayuda de Rusia para ganar la presidencia en el 2017, tras una elección llena de polémica por el posible hackeo ruso.
No obstante, la adversidad que enfrenta Ucrania, el pasado sábado también se llevó a cabo una inédita cumbre de cancilleres europeos en Kiev, la capital ucraniana, en medio de la suspensión de 6,000 millones de dólares de ayuda y tras el triunfo en Eslovaquia del populista pro ruso Robert Fico y en medio de los continuos bombardeos rusos. Una reunión no sólo histórica sino desafiante, al tratarse se un territorio en plena guerra, lo que da un mensaje no solo de apoyo de los países europeos a Urania, sino de su determinación de integrar a este país a la UE y en consecuencia a la OTAN, algo que Putin ha tratado de evitar a toda costa, incluso con la amenaza de una guerra nuclear, que no sólo afectaría a la región, sino al mundo entero, una acción que plantea la ambición de un hombre llevada hasta la locura.
El apoyo de la UE incluye un presupuesto de unos 85,000 millones de dólares, de los cuales unos 26,000 millones son para equipo y abastecimiento militar.
En esta cumbre Josep Borrell Fontelles, Alto Representate de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, así como Vicepresidente de la Comisión Europea, afirmó que la ayuda de los países europeos es permanente y su apoyo no depende de cómo se vaya desarrollando la guerra en los próximos días o semanas, pues es un apoyo permanente y estructural, considerando que se enfrentan a una amenazas existencial para Europa.
Rusia va ganando adeptos, Estados Unidos muestra su debilidad por los problemas de política interna y las próximas elecciones. China, expectante, pero el resto del mundo a expensas de las decisiones de unos cuantos países que posiblemente determinen la hegemonía del presente siglo.