Por: Ricardo Aguirre Cuellar
Estimado amigo; a poco más de once meses de que se acabé esta pesadilla de gobierno y a ocho meses de las elecciones más importantes y trascendentales para la República, todavía hay quien se sorprende de la actuación de López, porque buscará por todos los medios mantener el poder, sin importarle la ley o las instituciones electorales, ni mucho menos los ciudadanos, como sino lo hubiera hecho desde que llegó, cuya única constante real como gobernante ha sido y es, como mantener el poder por encima de cualquier otro objetivo. Por eso me sorprende que se sorprendan de lo que es capaz.
Como sino lo conocieran.
Como sino haya tratado de dinamitar las estructuras democráticas y la división de poderes del país.
Como sino usara el poder omnímodo para doblegar a quien sea, con tal de hacer lo que quiere. Como sino se burlará de la ley y el estado de derecho.
Así ha sido y así será. De manera que no debemos sorprendernos, por el contrario hay que prepararnos para la batalla. Porque definitivamente será una desgastante batalla nunca vista, donde López, sin ningún recato, estará al frente y atrás de la campaña de Sheinbaum y con él y los suyos, todo los recursos presupuestales federales, estatales y municipales e incluso de la narcodelincuencia al servicio del único objetivo. Ganar las elecciones de junio del 2024.
El uso de los programas sociales como clientelares, el chantaje a los medios de comunicación y empresarios, así como todo tipo de presiones y encuestas amañadas y canallescas y trampas electorales, se llevarán a cabo, con el único fin, tomar ventaja y garantizar un triunfo arrollador. Como lo ha dicho y presume.
Ganar la presidencia y el control constitucional del poder legislativo, para hacer lo que le plazca a una nación que quedaría, así entonces postrada a sus pies y por supuesto a sus espurios intereses.
En esto no está engañando. Está diciendo la pura verdad.
Sorprenderse a estas alturas, no digo que sea ingenuo, sino por el contrario es bastante idiota.
López no busco el poder durante más de la mitad de su vida, para entregarlo al vencimiento sexenal; no que va. López busco el poder para quedárselo, como si fuera suyo y así lo manifiesta abiertamente y sin tapujos.
Pero mira lo que son las cosas, los candorosos “intelectuales y comentologos” le conceden el beneficio de la duda.
Cuándo hemos visto cómo a tratado, primero de reelegirse cuando quiso imponer la permanencia de Arturo Zaldívar en la presidencia de la Corte y después cuando desvirtuó la revocación de mandato en un acto de ratificación y no conforme con las sendas derrotas en ambas acciones, intentó una reforma electoral que destruía al INE y todo el andamiaje construido para fortalecer la democracia. Tampoco sin lograrlo. Pero no conforme con ello, la emprendió a palos contra el Poder Judicial a propósito de la llegada de la Ministra Norma Piña y de su independencia y autonomía.
Que ningún de estos propósitos se hayan logrado, no significa que haya desistido; por el contrario doblo la apuesta y todo se lo juega en las elecciones del 2 de junio del año próximo.
Y como todo tahúr que es, se atiene a toda clase de trapacerías que desde el poder puede aplicar y que de ninguna manera va dudar en practicar.
Así entonces, que nos queda a la ciudadanía ante tal embestida. Resignarnos y entregarle el poder o dar la batalla?
Evidentemente que dar la batalla pues lo que está en juego es el destino de nuestra magnífica nación y con ella el futuro de varias generaciones. Dejar que el mesianismo y el capricho despótico decida el destino, no solo es una tremenda apatía política, sino peor aún, una cobardía y traición ciudadana a la Patria sin precedente. Así que sabiendo el enorme riesgo que corre el país, la toma de conciencia en esta trascendental etapa de nuestra historia moderna, será de importancia mayúscula y por lo tanto la participación ciudadana deberá superar por mucho el abstencionismo histórico, inhibiendo con ello cualquier viso de fraude electoral, pues contra la participación masiva ciudadana, no hay poder político y humano que se interponga y más cuando el país enfrenta un reto tan alto de fracturarse.
Ahí está la clave y el antídoto al mesianismo chapucero y retardatario de la visión de un solo hombre.
Participación ciudadana en las urnas que no deje dudas de quien manda y que si se equivoca, como lo hizo en el 2018, vuelve a mandar este próximo 2024 y enmienda el camino. Reprobando y mandando a la calle a quien fallo estrepitosamente y que con suma desfachatez mintió, engaño y robó. Burlándose de quienes en él confiaron.
Entre paréntesis; en unas semanas más arrancarán las precampañas electorales y con ello se intensificará la guerra sucia que desde palacio se lanza contra toda la oposición y particularmente contra Xóchitl, pero también se verá en todo su esplendor la enorme diferencia qué hay entre las dos contendientes. Xóchitl- Sheinbaum y por tanto las claras limitaciones que esta última tiene. Y es que cargar con los muertos no será fácil y menos cuando los resultados no ayudan.
Cinco años de fracasos y un costoso caos en temas sensibles cuyas recetas son producto del capricho y el contubernio y que por lo mismo no tienen respuesta fácil. Con que se defenderá Sheinbaum de la línea doce del Metro o el colegio Rébsamen o las casi ochocientas mil víctimas por causa de la pandemia o los 165 mil asesinados por el crimen o los 40 mil desaparecidos o la estafa de más de quince mil millones de pesos en Segalmex o la corrupción en la familia presidencial o los pingües negocios de la burocracia dorada de morena en la CDMX y en el gobierno federal o los enormes sobre costos en las obras faraónicas del Tren Maya, la Refinería Dos Bocas y corredor Trasismico entre otros y tantos temas que serán la parte nodal de los señalamientos que deberá responder la candidata de López, que de paso sólo repite lo que esté dice y hace. Y además sin chiste y con cara de mustia o como diría un querido amigo. Con cara de palo.
Difícil y por eso la intensidad y el descaro de López y su intervención en la campaña. Y por si fuera poco una candidata sin emoción, hay además un lodazal en la selección de sus candidatos y falta lo bueno. Senadurías, diputaciones, alcaldías y regidurias una batalla de todos contra todos.
Como la que se da en la CDMX con Harfuch.
La piñata de los puros y de López.
Y es que la unidad no se consigue por decreto y menos cuando se comanda una nave de facinerosos y transfugas que de ese partido hicieron su futuro.
Te imaginas con esa claque de trepadores y corruptos pretendes repetir. Si como no.
Otro factor que también juega y que determinará el rumbo.
Morena es un barco pirata. Y muy seguramente habrá motín.
No lo crees así querido amigo.
PD Ayotzinapa el botín mortal que se vuelca sobre López. El búmeran que regresa al origen.
La verdadera, verdad histórica del crimen.
Una entrega de Latitud Megalópolis para Índice Político