Joel Hernández Santiago
Hay una especie de juego macabro en ese procedimiento para elegir a los candidatos que contenderán a puestos de elección popular en los comicios del 5 de junio de 2024. Esto en el proceso interno de cada partido político o de cada coalición o frente político.
Por ejemplo: A lo largo de los meses, y con muchísima más anticipación que lo que marcan las leyes electorales, desde Morena-4-T, se comenzó a conocer el nombre de “Las Corcholatas” –así denominadas por el Presidente de México- quienes habrían de participar en una consulta interna de Morena para elegir a el, o la Coordinadora Nacional de los Comités de Defensa de la 4T, para luego pasar a ser candidato o candidata de Morena y aliados a la presidencia de México 2024-2030.
Por supuesto, a lo largo de semanas-semanas-semanas, cada una de las cuatro Corcholatas hicieron campaña en su favor y a favor de Morena-4T, y para que no se les acusara de violar la ley por anticiparlas, dijeron que sus mítines eran Asambleas Informativas o Conferencias Magistrales.
De cualquier manera a lo largo de todo ese tiempo la balanza de preferencias en favor de la aspirante Claudia Sheinbaum era más que evidente.
Desde Palacio Nacional se le aplaudía, se le apoyaba, se le ponía todo a disposición para que penetrara en el ánimo nacional y en favor de la causa 4-T. Se le envió a recorrer la República con el fin de que fuera conocida aquí o allá pues su carrera política se limitaba a cargos burocráticos y en la capital del país.
Al mismo tiempo los otros “Corcholatos” hacían lo suyo. Comenzaron a renunciar a sus cargos como funcionarios públicos o como legisladores para incorporarse a la liza por la candidatura, porque eso era, la lucha no era por ser Coordinador de Defensa de la 4-T, era por la candidatura presidencial…
Y salieron a las calles, a las capitales de los distintos estados de la República, a comunidades, a lugares estratégicos o en los que podrían obtener suma de votos y voluntades.
No había que pensar en los onerosos gastos que todo esto conlleva. El 16 de junio de este año, Morena aprobó entregar 5 millones de pesos para financiar la campaña de cada uno de los cuatro aspirantes -”que sea miembro del partido”-. Cinco millones que rechazó el aspirante Adán Augusto López porque ‘él llevaría este proceso con sus propios recursos.’
Sin embargo era evidente que los gastos reales rebasaban con mucho esta cifra, particularmente los de la Corcholata Sheinbaum que aparecía en todo el país, en todos lados, bajo toda circunstancia como favorita del presidente. Acarreados a todo lo que da. Apoyos de gobernadores de estados morenistas. El mismo Ejecutivo la estimulaba y la apoyaba y permitía que se le dieran “todas las facilidades”. La quería como candidata presidencial…
Y si los otros tres Corcholatos no lo sabían, o no se daban cuenta de que las cartas ya estaban marcadas, entonces su talento y visión política están de plano obnubilados y, por lo mismo, incapaces de llevar las riendas de un país, pues no veían lo elemental y más que obvio: Palacio Nacional había decidido antemano quién sería la ganadora de la “Consulta”.
Y cuando se llevó a cabo la Consulta los primeros días de septiembre, resultó ganadora la señora Sheinbaum “con el 39% de las preferencias electorales, el ex canciller Marcelo Ebrard obtuvo el 26%; el ex secretario de Gobernación Adán Augusto López, con el 11% de las preferencias, luego Fernández Noroña (del PT), en cuarto lugar, con el 10,6%; el senador Manuel Velasco (PVEM) en quinto, con el 7% y el último sitio, con el 6%, el ex senador Ricardo Monreal”.
Marcelo Ebrard -quien se inconformó y pidió que se repitiera la Consulta ya que, afirmó, tenía evidencias de que ésta no había sido equitativa y mucho menos cierta en su resultado, los otros tres Corcholatos guardaron disciplinado silencio a la espera de conocer su futuro político. Ya se les ofreció que tendrán un cargo importante de gobierno o legislativo “una vez que gane la elección presidencial la candidata Sheinbaum”.
Si todos sabían cómo estaba la jugada por qué entonces participaron y por qué se enojaron al final. ¿De veras creyeron que lo de la consulta iba en serio y que sería respetada la voluntad de los militantes de Morena? ¿Creyeron de veras que el procedimiento y la logística de la Consulta sería tan impecable y diamantina como sólo se usa en democracia? Vaya pues.
Hoy Marcelo Ebrard está enojado, pidió la renovación del procedimiento pero, incluso, el Tribunal Federal Electoral le dijo que ni sueñe, y por supuesto ya no tiene mucho qué hacer ni para dónde jalar a menos que algún partido le dé espacio, pero no conseguirá ya nada. Adán Augusto López fue nombrado “coordinador político” de la campaña de la señora Sheinbaum pero de esto ni sus luces, desapareció del plano político electoral, al final decidió no aceptar nada… por el momento.
… Ricardo Monreal se conformó con que lo mandaran como aspirante a gobernar la Ciudad de México pero pronto se dio cuenta de que otra vez los dardos estaban cargados y por tanto dejó la liza. Manuel Velasco sigue por ahí, sonriendo en espera a que le digan qué sigue para él.
Y esto se extiende a otros aspirantes a ser candidatos a puestos de elección popular en el país. Aspirantes elegidos por el supremo poder o por los poderes estatales o municipales.
Es un juego macabro en el que participan muchos, alguno o alguna sabe que será la que reciba la señal suprema en tanto que los otros se conformarán con algún cargo o posición como premio por su solidaridad y por su fortaleza y porque saben sonreír aunque les rechinen los dientes.
Por su parte, el Frente Amplio por México eligió a Xóchitl Gálvez para encabezar la lucha por la presidencia de México. Pero la han dejado más sola que el número 1. Comenzó con ruidos de matracas y fuegos artificiales, pero poco a poco se ha ido disminuyendo: la expectativa es de que renazca con las precampañas en noviembre de este año.
Dante Delgado, dueño del Movimiento Ciudadano juega al misterio sin resolver. Dante quiere ser el candidato a la presidencia. No ganará si va sólo. Enrique Alfaro desde Jalisco ya se dio cuenta de cómo está la jugada en MC en tanto que el joven Samuel García desde Nuevo León suspira por ser el elegido de este partido.
Y así la elección de candidatos antes de la gran batalla que comenzará el 20 de noviembre y que se presagia cargada de conflictos, de traiciones, de salidas o regresos de partidos políticos y, lo peor, decisiones tomadas por encima de lo electoral e, incluso, decisiones que podrían ser tomadas por grupos ilegales.