La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
En el PRI de Veracruz, llevan al extremo la Xóchitl-manía: asumió una dirigencia X
Por fin, el dueño…perdón, el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno, decidió cambiar la directiva estatal del tricolor en Veracruz, sin embargo, los elegidos, no están como para presumir, son personajes con más pena que gloria en sus grises carreras.
En tiempos no muy lejanos, fue común que el CDE estuviera presidido por alguien con una trayectoria que abarcará el ámbito local y nacional, esto, con el objetivo de darle mayor proyección al quehacer partidista, ahora, lo único que se persigue, es cubrir el requisito de un responsable de firmar los oficios.
Los ‘experimentos’ , se dejan para los momentos en que se tiene el control, cuando se puede jugar con el marcador, pero, sí se es una oposición lastimosa, es menester salir con una alineación de lujo, no con cuadros esperpénticos que no lideran un grupo político (¡ni en ciernes, vamos!). En términos prácticos, son burócratas de la partidocracia.
Quizá, la intención real de Alito, es poner a cargo un par de ‘veladores’ que impidan que los sectores locales tomen por asalto al ex partidazo, dos encargados que obedezcan sin chistar lo que se les indique desde el altiplano, de otra forma, no se puede entender la decisión, de la cual, obvio, no fueron parte las fuerzas vivas veracruzanas.
Veremos en que para el asunto, por lo pronto, estamos ante un hiperbólico parto de los montes, de tal grado, que ni el nombre de los escogidos viene al caso mencionar.