Magno Garcimarrero
Las milenarias momias de Maussan, con solo tres dedos en cada mano y pie y, huevera que prueba el origen reptílico de la especie, también dan cuenta, según veo, de un suceso olvidado, o ignorado por la actual “raza” humana.
En el caso de que esos restos sean de nuestros ancestros, significa que nosotros no descendemos del mono sino de las lagartijas.
En el caso de que sean llegados de otro planeta, para enseñarnos sus conocimientos, podría explicar el porqué desde tiempos inmemoriales contamos el tiempo en múltiplos de seis y no de diez, porque el conteo iniciático universal es contar con los dedos de las manos, y esos nomás llegaban hasta el seis.
Pero hay otra posibilidad creíble, ellos: los seres anómalos lagartijos son los originarios endémicos de este planeta tierra de abuelos dinosaurios extintos y que, fuimos los seres humanos angelicales quienes llegamos de otro planeta llamado cielo, batiendo alas emplumadas, a invadir, a desplumarnos, a corromper y a contaminar este planeta azul que, a estas alturas… o bajezas, ya está dando las últimas, por lo que tendremos que reemprender el vuelo hacia alguna otra pelota galáctica que nos soporte otra miríada de años… hasta que también la echemos a perder.
M.G.