La ausencia del nicaraguense Daniel Ortega, posiblemente, fue la comidilla de sobremesa en la cena de bienvenida que ofreció el gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón, a los representantes de los once países latinoamericanos que asistieron a la Cumbre de Palenque.
Ninguno de los invitados escuchó que hubiera “reserva de admisión” pero tampoco ha quedado claro si Ortega fue quien le hizo el fuchi o no fue invitado a la reunión convocada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El mandatario mexicano llegó este domingo al nuevo Centro de Visitantes de Palenque, acompañado por sus homólogos Miguel Díaz Canel de Cuba, Nicolás Maduro de Venezuela y Gustavo Petro de Colombia, además de la presidenta de Honduras, Xiomara Castro y Ariel Henry, viceprimer ministro de Haití. Como sea, se notó la ausencia del sandinista en este concilio, donde estuvieron los principales representanes de la “izquierda” latinoamericana.
El objetivo del cónclave palencano – porque fue una reunión a puerta cerrada – fue lograr una propuesta común ante la crisis migratoria que afecta a los países de la región, incluyendo a Nicaragua, donde se estima al finalizar 2023 por lo menos 804 mil personas habrán migrado hacia Estados Unidos.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SER) confirmó el viernes la asistencia de los jefes de Estado de Colombia, Cuba, Haití, Honduras y Venezuela, del vicepresidente de El Salvador y el viceprimer ministro de Belice, así como los ministros y cancilleres de Costa Rica, Ecuador, Guatemala y Panamá.
La misma lista de once invitados que anunció el presidente López Obrador en la conferencia mañanera del 9 de octubre. La secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, incluso viajó a Venezuela para entregar personalmente la invitación al presidente Nicolás Maduro, en lo que se catalogó como una visita oficial, aunque hay un rumor de que se solicitó la ayuda del mandatario venezolano para facilitar la liberación de los dos mexicanos secuestrados por Hamás en Palestina.
Ante la ausencia del nicaraguense nada se ha dicho, al menos publicamente; un silencio semejante al que mantuvieron López Obrador y otros presidentes latinoamericanos en febrero de este año, cuando su colega Daniel Ortega declaró “traidores a la patria” a 94 opositores y críticos a quienes les quitó la nacionalidad y ordenó confiscarles sus bienes inmuebles.
La medida se anunció poco días después de la condena a 26 años de prisión que se impuso contra el obispo Rolando Álvarez y de la excarcelación y destierro de 222 opositores presos.
Un informe del Colectivo de Derechos Humanos de Nicaragua Nunca Más, presentado el 20 de junio, en el marco del Día Mundial de los Refugiados, señala que al menos 462 mil 810 nicaraguenses se desplazaron forzadamente fuera del país entre abril de 2018 y diciembre de 2022, por la persecución política.
Ortega atribuye la migración masiva a las sanciones de Washington a Nicaragua, Venezuela y Cuba. “Sigan poniendo sanciones e irán más inmigrantes hacia Estados Unidos por mucho que les quieran cerrar las puertas”, advirtió el presidente nicaraguense.
Mientras que sus opositores denunciaron que Ortega “ha convertido la migración forzada de miles de nicaraguenses en un mecanismo para captar divisas y mantener la estabilidad macroeconómica de su régimen, vía las remesas familiares, mostrando un total desprecio por la vida humana”.
En noviembre de 2021, el gobierno de Nicaragua anunció su retiro de la OEA, acusándola de hacer “injerencia” en las elecciones de ese año y en abril de 2022 hizo efectiva su salida, cuando Ortega ordenó el cierre de las oficinas de la organización en Managua.
Al no ser invitado a la Cumbre de las Américas, en Los Ángeles (California), como era obvio, Ortega, en tono bravucón, expresó: “Yo le digo desde aquí al yanqui: olvídense, no nos interesa estar en esa Cumbre, no nos interesa (…) esa cumbre no enaltece a nadie”.
Ahora, respecto a la Cumbre de Palenque, Ortega puede mostrar el mismo desinterés. Es lo mejor, en vez de convertirse en un invitado incómodo para muchos, arriesgándose a que les dijera: “Si ya saben como soy pa´que me invitan”. RDM