Norberto Maldonado
El martes de esta semana en México, específicamente en la ciudad de Acapulco y el estado de Guerrero, se vivió una tragedia con el paso del Huracán Otis. Hasta el momento se han contabilizado al menos 27 personas fallecidas, muchas personas aún incomunicadas y destrozos materiales de gran escala.
Como tormenta categoría 5, Otis es uno de los huracanes más fuertes que se haya registrado en el Pacífico mexicano. Éste y todos los desastres naturales ocurridos, son eventos devastadores que afectan a millones de personas en todo el mundo cada año. Particularmente México, debido a su ubicación geográfica, es especialmente vulnerable a una variedad de amenazas, incluyendo terremotos, huracanes e inundaciones. Se trata de eventos que no solo causan pérdidas humanas y económicas muy significativas, sino que también representan un desafío constante para la seguridad y el bienestar de la población. En esto la tecnología se ha convertido en un aliado clave para la prevención, predicción, respuesta y frente de desastres naturales en México y el mundo.
Antes de adentrarnos en las tecnologías aplicadas en nuestro país, es importante comprender la magnitud de los desastres naturales a nivel global. Según el Center for Research on the Epidemiology of Disasters, cada año, estos eventos afectan a 218 millones de personas y cobran la vida de 68,000 individuos. En los últimos 25 años, casi 7,000 desastres naturales han causado la muerte de más de 1.35 millones de personas. Además, las pérdidas económicas debido a desastres naturales totalizaron 74.4 billones de dólares en 2020, según el Insurance Information Institute. Es preocupante saber que el 20.5% de las personas no tiene ahorros para emergencias en caso de un desastre, como indica The Zebra.
Algunos ejemplos significativos de los desastres naturales que han marcado a México son: las inundaciones en Tabasco en 2007 con un costo de 2,918.6 millones de dólares; Huracán Wilma en 2005 con afectaciones en Yucatán y Quintana Roo y un costo aproximado de 1,723.9 millones de dólares; Huracán Gilberto en 1988 con Nuevo León como principal afectado; Ciclón Tropical Alex en 2010 con costo de 2,476.9 millones de dólares y destrozos en Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas; el sismo del 2017 – que muchos de nosotros recordamos – con un costo de 3,264.4 millones de dólares.
En promedio, entre 1980 y 1999, los desastres en México costaron 455.3 millones de dólares anuales. Entre 2000 y 2018, este costo se incrementó a 2,357 millones de dólares anuales. Además, se registró una media de 443.2 decesos anuales entre 1980 y 1999, y 190 decesos anuales entre 2000 y 2018. Cabe agregar que el 86.8% de los daños y pérdidas entre 2000 y 2018 fueron causados por fenómenos hidrometeorológicos.
Ante esta realidad, las tecnologías de predicción y monitoreo desempeñan un papel fundamental en la prevención de desastres naturales. En México, los avances en este campo han sido notables. Como ejemplo principal están los satélites GOES, que monitorean las condiciones climáticas globales, mejoran la precisión de las predicciones meteorológicas y permiten la previsión de desastres naturales.
Un segundo caso son los sensores terrestres y acuáticos, los cuales detectan cambios ambientales que podrían indicar un desastre inminente, como aumentos en los niveles de agua o actividad sísmica. Son datos que se analizan en tiempo real para proporcionar alertas tempranas. Como un tercer ejemplo están los modelos computacionales los cuales se utilizan para predecir el comportamiento de diversos tipos de desastres naturales; las simulaciones adquiridas por éstos ayudan a las autoridades y a las comunidades a prepararse para posibles desastres.
Una vez que ocurre un desastre, la tecnología también desempeña un papel crucial en la respuesta y mitigación de sus efectos. Algunas tecnologías destacadas incluyen: sistemas de alerta temprana que generan alertas a la población y han evolucionado con el tiempo, salvando vidas en situaciones críticas. Hay que mencionar también a los drones y robots que se utilizan para evaluar áreas afectadas por desastres naturales, proporcionando imágenes y datos cruciales sin poner en riesgo vidas humanas.
En México, estos dispositivos han sido fundamentales para llegar a áreas inaccesibles. De hecho, en Japón, la Universidad de Tecnología de Nagaoka ha liderado el desarrollo de robots de rescate, que han evolucionado significativamente en términos de fiabilidad y eficacia. Estos avances contribuyen al desarrollo económico y al cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Como se mencionó, la situación geográfica de México lo hace un país muy vulnerable ante los desastres naturales; sin embargo, esta amenaza es creciente debido al cambio climático. Para combatir esta fragilidad, se aplican tecnologías avanzadas, incluyendo la inteligencia artificial, el análisis de big data y la analítica. Estas tecnologías se aplican en todas las fases de gestión de desastres, mejorando la efectividad de las acciones.
En nuestro país, se han logrado avances tecnológicos significativos, como la modelación numérica, el monitoreo satelital, la identificación de zonas afectadas por incendios y la predicción y mitigación de efectos de desastres. Además, se utilizan tecnologías como los robots y el Internet de las Cosas (IoT) en tareas de rescate y gestión post-desastre.
Un ejemplo de tecnología aplicada en México es SensorGO, que utiliza sistemas de sensores basados en IoT para mitigar riesgos y efectos de desastres naturales. Sus sistemas generan alertas tempranas para sismos, contribuyendo a salvar vidas y proteger bienes. Los sensores de sismos no solo proporcionan alertas a la población, sino que también permiten el cierre automático de suministros, el desbloqueo de accesos y el monitoreo en línea del estado de estructuras, brindando seguimiento permanente de instalaciones.
Junto con la detección de sismos, estos sensores pueden identificar otras amenazas, como sobrecalentamientos, exceso de humedad, variaciones de temperatura y niveles de contaminación del aire, lo que los convierte en herramientas versátiles para la prevención y mitigación de desastres naturales en México.
La tecnología ha demostrado ser un aliado fundamental en la prevención, predicción, respuesta y frente de desastres naturales en México. A través de satélites, sensores, modelos computacionales, robots y otras herramientas avanzadas, se ha mejorado significativamente la capacidad de proteger vidas y bienes en un país propenso a una amplia gama de amenazas naturales. A medida que la tecnología continúa evolucionando, se espera que México y otras regiones afectadas por desastres naturales puedan fortalecer su capacidad para enfrentar estos desafíos con mayor eficacia y rapidez.
Sin embargo, es crucial estar al tanto de la situación actual de desastres naturales. Mis pensamientos están con todas las personas afectadas por la emergencia causada por el huracán Otis en la ciudad de Acapulco y estado de Guerrero. La solidaridad es fundamental en momentos como estos. Juntos, superaremos este obstáculo y trabajaremos hacia la reconstrucción y la recuperación. Estamos aquí para brindar apoyo y solidaridad en este momento de gran necesidad.