RODOLFO VILLARREAL RÍOS
En términos generales todos conocemos lo acontecido en 1836 cuando los habitantes de Texas se rebelaron. Mientras López De Santa Anna atendía a una morena de nombre Emily Morgan, lo de la siesta es una alegoría, los insurrectos lo atraparon y terminaron por declararse independientes de México. En ese entorno de país, no solamente en el norte se hartaban de la poca atención que les prestaba el gobierno centralista, también, en el sureste estaban hastiados de que no se les prestara atención. A finales de los 1990s, un descendiente de la “Casta Divina nos dijo: “Yucatán estaba más cerca de Europa que de México.” En este espacio, habremos de ocuparnos en forma breve de aquella separación y como la República de Texas reaccionó en busca de atraerse un aliado.
Poco es mencionado, pero Yucatán había despertado las apetencias europeas y ejemplo de ello es lo publicado, el 10 de julio de 1839, en el Diario del Gobierno. Se daba a conocer que el 30 de marzo de ese año, el diario inglés The Sun reportaba que “algunos periódicos franceses anuncian que se han entablado negociaciones en México para obtener la cesión de la provincia de Yucatán a la Inglaterra; los que tienen por cierta esta noticia, hacen comentarios muy extensos sobre ella; creen que el objeto principal es empezar a hacer un canal marítimo que atraviese el Istmo de Panamá…” Al parecer, la Doctrinas Monroe no acababa de hacerse sentir y lo mas inexplicable era que tenía que ver el asunto de Panamá en todo ello. Lo que no se asentaba era de que, desde mayo de ese año, en Yucatán, Santiago Imán y Vicente Revilla habían decidido rebelarse en contra del gobierno centralista encabezado por López De Santa Anna.
Justo al dar inicio 1840, el primero de enero, El Cosmopolita trataba de mostrar objetividad en su información y presentaba versiones diversas de lo que acontecía por aquellos rumbos. Reportaba que “el movimiento que causó en este departamento [Yucatán] la imprudencia de haber sacado labradores y artesanos para embarcar para Veracruz, o mejor dicho, para ser sacrificados al capricho de cuatro oligarcas, va tomando otro aspecto; al principio se creyó y se tuvo como un delirio de Imán; pero ahora se ve que es una guerra formal y que puede conseguir tal vez la reconquista de la soberanía usurpada, con tanta felonía a los pueblos. Un gobierno tirano y opresor, como el que está aniquilando a nuestra desgraciada república, jamás puede subsistir entre hombres que han paladeado y saboreado la dulce libertad. Cuanto mas arbitrario es un gobierno, más pronto cae.” A esa perspectiva confrontaba otra que no era tan favorable para los insurrectos.
En ella, se indicaba que “continua y en grande la revolución del Sur de Yucatán …Los cabecillas Imán y Revilla (mexicano y buen pillo) han logrado hacerse de más de mil hombres entre blancos e indígenas, valiéndose del engaño y la pillada, seduciendo a los incautos con hacerles creer, que, uniéndose a los libertadores de Oriente, quedarían libres de todas las contribuciones, y que los indígenas quedarían perdonados de sus deudas a sus amos. Con este engaño, todos los indios de todo el partido de Tizimín han desamparado los ranchos de cañas y haciendas de sus amos y se han unido a esa horda de bribones y engrosado sus filas. D. Eduardo Badillo, con cien infantes y su piquete de caballería, porque sabia que cerca de aquel pueblo estaban los sediciosos, …pero no llegó a creer que Imán tuviese a sus ordenes tanta gente como se decía…” Ante ello, de muy poco valió la resistencia que Badillo y sus fuerzas ya que finalmente tuvo que retirarse antes de que los rebeldes los avasallaran. Como prueba de ello estaba el contenido de un reporte originado el 3 de diciembre.
En él, se asentaba que “el negocio de Tizimín ha tomado un extraordinario calor; tanto que se ha visto el gobierno y comandancia en la dura necesidad de mandar tropas no solo de aquí [Mérida] sino también de Calkiní y Campeche… Se dice que Imán y Revilla… han alarmado hasta los indios de todo el partido de Tizimín y que todos los pueblos de aquella subdelegación les entregan las contribuciones. Esto quiere decir, que el fuego ha tomado más fuerza, sobre seis meses desde que comenzó el mitote…” pero aquello era algo más que un alboroto.
El 12 de febrero de 1840, desde Valladolid, bajo la presidencia del comandante del ejército libertador, Santiago Imán, un grupo integrado por las autoridades publicas y ciudadanos , se pronuncian por “el restablecimiento del sistema federal” con lo cual buscaban poner fin a los males innumerables “que gravitan sobre los pueblos de este estado, cuya miseria y escasez toca al extremo, a virtud de las continuas y multiplicadas exacciones con que la actual administración ha afligido a los propietarios y a todas las demás clases y que lejos de tomar medidas eficaces para poner en acción los elementos de la felicidad publica y evitar el escandaloso desorden que se advierte en todas las ramas, sole se dedica a asegurar su existencia por medio de reformas nominales adoptadas solo para adormecer a los pueblos y acallar el clamor general con esperanzas lisonjeras que jamás serán cumplidas.
Por todo lo expuesto y la inseguridad que inspiran las disposiciones de la referida administración, pues parece increíble que deje de llevarse a cabo el ominoso decreto del sorteo con que se atrevió a ultrajar el derecho de los hombres en un pueblo libre, y que tenga termino la deportación de los hijos de esta península a sostener en países insanos una guerra ruinosa para la republica…” En base a lo anterior, se proclamaba el retorno a la Constitución de Yucatán de 1824… se repondrán todas las autoridades que con arreglo a ella fungían en 1834…el Congreso únicamente tendrá carácter de convocante para que… en un termino de dos meses…procederá a nuevas elecciones…. El Congreso, gobernador, senadores y demás autoridades y empleados deberán tomar posesión cuarenta días después de efectuadas las elecciones.” Ante las circunstancias, se decidió establecer una junta gubernativa compuesta por cinco propietarios quienes eran: Pablo Castellanos, Agustín Acereto, Miguel Cámara, los curas Buenaventura Pérez y José Antonio García, y en clase de suplentes, Juan José Ramírez, Luis Ríos y Tomás Ruiz. Pero ahí no terminaba el asunto.
El 18 de febrero, en la ciudadela de San Benito, las tropas acaudillas por “Anastasio Torrens, a una inmensa mayoría del pueblo, considerando que los sentimientos del pueblo yucateco son los de proclamar a todo trance el sistema federal por el que están pronunciadas estas secciones del ejercito y la división que manda D. Santiago Imán…acordaron: El departamento de Yucatán se erige en estado libre e independiente y en tal virtud establece la constitución de mil ochocientos veinticuatro, con las reformas que un congreso general, autorizado al efecto por los pueblos, tenga a bien hacerle”.
En esa forma, los yucatecos declaraban su separación de México, el López especialista en crear divisiones y perder territorios, hasta entonces apenas había entregado Texas, se había retirado del poder en octubre de 1839, cuando el problema estaba candente. La escisión de los yucatecos no pasó desapercibida para quienes años antes habían emprendido un camino similar, los texanos quienes vieron en esta medida una posibilidad de encontrar un aliado y porque no, ensanchar el tamaño de su república.
Tras de trascurrir un año y medio, el 20 de julio de 1841, de la declaración de independencia yucateca, el diario El Siglo Diez y Nueve publicaba una carta que el presidente de Texas, Mirabeau B. Lamar, dirigía al gobernador de Yucatán, Santiago Méndez Ibarra. En ella, le indica que “al leer la correspondencia que tuvo el Comodoro Moore, durante el tiempo en que mandó la escuadra de Texas en su último crucero por el Golfo de México, ha experimentado la más sincera y viva complacencia, descubriendo las muchas pruebas que aquella ofrece de los benévolos y amigables sentimientos de que están poseídas las autoridades de Yucatán hacia el pueblo y el gobierno de Texas…Mi más ardiente deseo ha sido establecer con los estados de Yucatán, Tabasco y cualquier otro [aquí cabe recordar que en ese paquete iban los estados de Campeche y lo que hoy conocemos como Quintana Roo] que pueda sacudir el yugo del despotismo central de México, relaciones de perfecta y cabal amistad, y patentizar la disposición de este gobierno, a corresponder de modo más completo todas las pruebas de buena voluntad manifestadas en favor de este país por los federalistas de México”.
Y, para mostrar que aquello no iba envuelto en aire, Lamar lanzaba el anzuelo con la esperanza de que el pez picara, mientras mencionaba: “…Tengo el honor de declarar a V[uestra]. E[xcelencia] y de hacer conocer a sus conciudadanos que los puertos de Texas están abiertos a los barcos y al comercio del Estado Libre de Yucatán, bajo los mismos términos que lo están para las naciones más favorecidas; y que este gobierno compelerá a sus conciudadanos a cumplir fielmente cualquier contrato, obligación o compromiso que contraigan con los de Yucatán.” El objetivo iba más allá del comercio, era preparar el terreno para una alianza futura que no necesariamente podría restringirse a intercambios de productos. Veamos lo que seguía.
“Si V.E. y el Congreso de ese Estado deseasen entrar en más permanentes y particulares relaciones de amistad y comercio con el gobierno y pueblo de Texas, puedo asegurar que tendríamos la mayor satisfacción de recibir un agente debidamente autorizado para aquel objeto, y que este gobierno estaría dispuesto a entrar con él en aquellas negociaciones y convenios que fueran de mutua utilidad, y prodigasen un completo reconocimiento de los respectivos derechos de ambos países, por los que ahora son sus enemigos.” Los texanos miraban a largo plazo y ya se veían atando lazos con otras republicas o ¿porqué no? armando una republica con todos aquellos que estuvieran descontentos con la política centralista implantada por el lopismo. De como terminaron estas historias separatistas, ya lo sabemos. En diciembre de 1845, el Congreso estadounidense aprueba que Texas se anexe como el estado número veintiocho de los EU. En agosto de1848, el gobernador Miguel Barbachano y Tarrazo acepta la reincorporación de Yucatán a México. Historias de separatistas para tenerlas presentes… siempre. vimarisch53@hotmail.com
Añadido (23.43.169) En Chiapas, alrededor de una mesa pletórica de caldos y viandas, inaccesibles para sus gobernados, se reunió un grupo de hambrientos… de poder.
Añadido (23.43.170) Muy poco es mencionado o conocido en México. Las universidades estadounidenses de elite como Harvard, Yale, Princeton, Pennsylvania, Columbia y otras empiezan a resentir el hecho de que sus profesores atiborren de basura ideológica a sus alumnos. Ejemplo de ello fue que, ante la demanda de la desaparición del pueblo judío realizada por varios grupos estudiantiles de esas instituciones, un número muy importante de donadores de recursos han decidido retirarles cualquier apoyo.
Añadido (23.43.171) La prensa no lo reporta o le da poca difusión. El fin de semana anterior, en varias ciudades estadounidenses, en las afueras de las Sinagogas, se manifestaron grupos de admiradores de la bestia austriaca con la cara cubierta y portando cartelones con la swastica nazi, también la hay hindú. Aunado a ello, el día 20, antes del partido de football americano entre los equipos de las universidades de Michigan y Michigan State efectuado en el recinto de esta, el “Spartan Stadium”, en el tablero electrónico central fue mostrada una fotografía de la bestia austriaca. Como alguien nos dijera: “Nunca se han ido. Ahí han estado, siempre, ocultos”
Añadido (23.43.172) Durante la tragedia en Acapulco, el gobierno mexicano exhibió no solamente ineptitud, sino que, en materia de comunicaciones, se encuentra en la era pre Pájaro Madrugador.
Añadido (23.43.173) ¿Será cierto de que, como dirían en el pueblo, “el subconsciente es canijo” y no falta quien busque ser recordado para la posteridad en medio de lo que estima es su elemento natural? ¿Asunto de psicólogos o para psiquiatras?