Ricardo Del Muro / Austral
El Ejército finalmente tomó el control de Acapulco este sábado, 28 de octubre, tres días después de que esta ciudad turística, devastada por el huracán Otis, quedó incomunicada y prácticamente sin ley, a merced de la rapiña de muchedumbres que como buitres, se dedicaron a robar impunemente en los comercios, hoteles y condominios destruidos.
El control del Ejército sobre la ayuda humanitaria pública y privada, que es enviada a Acapulco, ha desatado una polémica en redes sociales. Algunos grupos opositores están acusando al gobierno federal de bloquear y aprovecharse de las donaciones con miras a las elecciones de 2024. Incluso, en la plataforma X surgió el Trending “No donen”, donde se afirma que “la ayuda podría terminar en una despensa otorgada por una candidatura”.
Aunque el rumor fue desmentido por la Cruz Roja Mexicana en su cuenta oficial de Twitter, donde pidió a los usuarios de las redes que siguieran las cuentas oficiales en las que se comparten imágenes de cómo está llegando la ayuda a los damnificados, todavía este domingo en algunos noticieros se insistió en desacreditar la acción del Ejército.
Esto, pese a que el rumor había sido desmentido previamente por Joaquín López Dóriga, uno de los periodistas que ha estado más atento a lo que está ocurriendo en Acapulco. “Ante lo que se ha corrido en redes de que el Ejército está incautando en Chilpancingo toda la ayuda de la sociedad para los damnificados en Acapulco, les informo que no hay tal. Me reportan que la fundación Coppel ya llegó al puerto con sus apoyos, lo mismo que la directiva del Club de Yates. Lo que falta es una declaración del gobierno, en su confusión, dejando esto en claro. Pero le es imposible”, indicó.
Es cierto que el Ejército y la ayuda gubernamental tardó en llegar, pero la estrategia del Ejército de centralizar y controlar la ayuda humanitaria en Acapulco no sólo obedece a la logística para llegar a la “zona cero”, donde los militares trabajan en buscar víctimas, levantar escombros y restablecer la comunicación, sino que la acción se explica por las características de este centro turístico, que desde hace varios años ha estado bajo el control del crimen organizado y en consecuencia, el abasto de víveres, agua y gasolina, podría degenerar en un mercado negro controlado por delincuentes.
Es enorme el reto que tiene la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), al concentrar las tareas para restablecer el orden; garantizar el abasto a la población afectada y reconstruir la ciudad. Una tarea que debe ser transparente y bajo la supervisión de oficiales para evitar que fracase.
Han circulado audios en donde los ciudadanos se quejan de que Acapulco está prácticamente en “estado de sitio” y que elementos de la tropa del Ejército y de la Guardia Nacional a cargo de los retenes, no sólo se comportan en forma prepotente sino que además, se han apropiado ilegalmente de los víveres y objetos que intentaban ser llevadas por particulares al puerto.
Uno de los audios, grabado por un ciudadano, indica que viajaba junto con sus cuatro hijos en tres camionetas cargadas de víveres con destino a Pichilingue, una zona cercana a Puerto Marqués, cuando fueron detenidos en un retén, ubicado adelante de Chilpancingo, en una recta que se conoce como Valle Industrial.
El lugar estaba custodiado por elementos del Ejército y de la Guardia Nacional que, en forma prepotente, les marcaron el alto, los bajaron de las camionetas, los golpearon y les quitaron la carga de víveres para pasarla a camiones del ejército.
El ciudadano, indignado por el trato, relató la manera agresiva con que fueron tratados, con palabras soeces y golpes, además de que rompieron los faros de sus vehículos. Lo más triste, es que este ciudadano con deseos de ayudar a los damnificados de Acapulco, no recibió ninguna ayuda de los guerrerenses del lugar que, incluso, estaban cobrando elevados precios por hospedaje y alimentación.
Después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador, en la conferencia mañanera del viernes, pidió a los mexicanos realizar sus donaciones de manera directa a la Cruz Roja o a las fuerzas armadas, el general Luis Cresencio Sandoval, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) informó que los víveres y demás productos sólo podrán entrar a la zona siniestrada en vehículos militares; explicó que es necesario que la ayuda se dirija a Chilpancingo en lugar del puerto, pues esto evitaría congestiones en las vías de acceso.
Sin embargo, las denuncias de abusos de la tropa en los retenes requieren la atención inmediata de los altos mandos del Ejército y de la Guardia Nacional, mediante mecanismos tan sencillos como establecer una línea de quejas a disposición de los ciudadanos. RDM