La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
En apariencia son diferentes, pero, la genética es la misma
Cuitláhuac García, gobernador de Veracruz, ha sido ‘enfático’ en instruir (públicamente), a sus colaboradores, para que no inyecten recursos públicos al proceso interno de MORENA, sin embargo, hay claros indicios, muchos de ellos denunciados, de que sus órdenes no son acatadas o, en el peor de los casos, sólo son para ‘taparle el ojo al macho’.
Un ejemplo de lo anterior, ocurre en la secretaría de Educación, debido a que trabajadores de base dedicados al mantenimiento de las instalaciones, fueron ‘comisionados’ para tapizar con propaganda plástica el paisaje urbano de buena parte del estado, desde luego, en apoyo de la favorita del señor presidente.
Pero esto no es todo, en virtud de esta circunstancia, al personal de las distintas direcciones, se les conmina a cooperar para la compra de artículos de limpieza y, además, esto tiene como fin último, que se coordinen entre ellos para darle cotidiana chaineada a las oficinas.
Desde luego, la orden de canalizar burócratas a los quehaceres partidistas, debió darse desde la Oficialía Mayor, a cargo de la señora Ariadna Aguilar Amaya, no obstante, es un hecho que la referida no se manda sola, por lo tanto, el delito electoral (eso es lo que es), repercute en la oficia del Cui, quién de plano no hace nada por corregirlo.
La respuesta oficial ante las triquiñuelas, radica en acusar un ‘complot de los conservadores’ para desprestigiar a la 4T, por lo tanto, vale la pena subrayar, que el propio ex delegado de Bienestar, Manuel Huerta, ha señalado estas anomalías. Ni hablar, el viejo estilo priista sigue prevaleciendo, haiga sido como haiga sido.