Ricardo Del Muro / Austral
El plan de reconstrucción de Acapulco comenzó a ser delineado el miércoles por el presidente Andrés Manuel López Obrador, que comenzó la mañanera presentando un programa de apoyo por unos 61 mil 300 millones de pesos para los damnificados
y, en forma paralela, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) realizó una reunión, coordinada por Carlos Slim, para definir las líneas de acción para la recuperación económica y turística del puerto.
Slim habló de la importancia de trabajar juntos empresarios y gobierno para reactivar la economía y hacerlo con acciones coordinadas para abastecer alimentos a los afectados, y acelerar la reconstrucción para reactivar el turismo.
El presidente López Obrador ha señalado que para diciembre “Acapulco estará de pie”, pero aceptó que la recuperación dependerá más que nada de las inversiones para restablecer la hotelería, las viviendas y los servicios públicos.
La reconstrucción, de acuerdo con los empresarios, tardará al menos dos años, porque las afectaciones fueron mayores, pero se debe de trabajar lo más rápido posible, porque se debe reactivar el turismo, que es lo que deja mayor derrama económica a Acapulco.
De acuerdo con el presidente del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), Braulio Arsuaga, el turismo de reuniones y convenciones representa el 2.5 por ciento del PIB de Guerrero, evaluado en 5 mil 300 millones de pesos; además de que hay pérdidas de las empresas de transporte aéreo por 11 millones de pesos, y otros 10 millones de pesos en transporte terrestre.
El “Plan General de Reconstrucción y Apoyo a la Población Afectada en Acapulco y Coyuca de Benítez”, presentado por López Obrador, contempla apoyos directos a los afectados, como la entrega de 20 mil “créditos a la palabra” por 25 mil pesos para comercios devastados por el paso del huracán Otis; 8 mil pesos para pintura y techos de viviendas afectadas; la entrega de despensas semanales y equipamiento con enseres básicos para los hogares.
Adicionalmente López Obrador anunció exenciones de algunos impuestos y pagos de intereses de 373 hoteles, así como seis meses de prórroga en el pago de Infonavit, Fovissste, IMSS y del servicio eléctrico hasta febrero del próximo año.
El plan incluye también presupuesto para rehabilitar las vías que conectan Acapulco con la Ciudad de México y los municipios aledaños. De igual manera, anunció que se desplegarán varios cuarteles de la Guardia Nacional para evitar robos.
Las acciones delineadas por el gobierno y los empresarios en estos planes representan una acción de salvamento para los habitantes de Acapulco, donde la rapidez para llevarlas a cabo es fundamental para atender a la población afectada.
Se trata de una “recuperación temprana”, como lo catalogan los expertos del Banco Mundial, donde las prioridades son producir resultados inmediatos en la restauración de servicios básicos, medios de vida, refugios, gobernabilidad y seguridad.
Pero la recuperación de Acapulco, como se ha señalado, requerirá mucho más que la reconstrucción de los hoteles, comercios y casas. No se trata solo de ladrillos y cemento, es necesario un plan de largo plazo para reconstruir a la sociedad.
Ojalá que la unión que, en este momento de emergencia, muestran los empresarios y el gobierno se mantenga en los próximos años para establecer un plan que beneficie a las zonas marginadas y terminar con el fenómeno de los “dos Acapulcos”, donde los grandes hoteles de la zona dorada contrastan con los barrios miserables que han crecido sin planeación en las montañas que rodean a la bahía. Incluso establecer protocolos de construcción de inmuebles para prevenir futuros desastres, así como crear la infraestructura y desarrollar estrategias para extirpar al crimen organizado y restablecer la seguridad en esta ciudad que alguna vez fue la “perla del Pacífico”. RDM