Por: María José González Alonso
CIUDAD DE MÉXICO.- Esta semana caí enferma con un fuerte resfriado. Así que, debido a esta pausa obligatoria de mis actividades cotidianas, me di el tiempo de ver algunas películas, unas absolutamente palomeras y relajantes, otras terriblemente malas, pero llegué a una joyita en el mundo del streaming: la nueva película de Annette Bening y Jodie Foster, “Nyad”.
Me pareció que la película, no solamente cumple su cometido de entretener, sino que también teje hábilmente los hilos de la existencia humana, porque toca aspectos relacionados con el sentido de vida, el envejecer y la resiliencia.
La trama es la historia de la nadadora y atleta Diana Nyad, quien a sus sesenta años decide embarcarse en la aventura de nadar de Cuba hasta Florida (aproximadamente 177 kilómetros). Con un intento previo varios años atrás, la protagonista decide volver a hacer esta ruta contra todo pronóstico; ahora varias decádas más tarde y con la opinión de varios expertos en su contra.
La historia nos presenta que, aunque la vida nos haya enfrentado contra diversas adversidades, si logramos descubrir y conectar con un sentido de propósito, podemos vincularnos con la existencia y enfrentarnos, prácticamente, a cualquier circunstancia.
La película me recordó directamente a la filosofía de Viktor Frankl, especialmente con su obra magistral “El hombre en busca de sentido”. Frankl, un sobreviviente del Holocausto, sostuvo que la búsqueda de significado es una fuerza fundamental que impulsa a los individuos a encontrar un propósito más allá de las circunstancias más difíciles y desafiantes.
La decisión de Diana Nyad sobre volver a intentar una y otra vez esta hazaña, la llevan a emprender un viaje interior, enfrentándose a obstáculos que ponen a prueba su resistencia física y mental, su manejo emocional, su temperamento, e incluso sus relaciones personales. Lo que pareciera ser un reto físico, se convierte en algo mucho más trascendente y transformador para la nadadora y su equipo.
Este proceso refleja la idea de Frankl de que el sentido de la vida no se encuentra en la evitación del sufrimiento, sino en la capacidad de encontrar significado en aquello que decidimos hacer todos los días. La película ilustra de manera vívida la noción de que el sentido de vida no es un lujo reservado para unos pocos afortunados, sino una búsqueda universal que todo ser humano debe hacer.
Esta historia confirma que la realización de un propósito significativo es esencial para la salud mental. “Nyad” aborda esta idea al destacar cómo la protagonista, a lo largo de su odisea, experimenta una conexión con la vida y una metamorfosis personal que va más allá de satisfacer su ego.
La película nos recuerda que la búsqueda de significado no conoce límites temporales. A menudo, en la sociedad contemporánea, se asocia la realización personal con la juventud, relegando a aquellos que han alcanzado una edad avanzada a un segundo plano. Sin embargo, “Nyad” cancela esta percepción al demostrar que la búsqueda de significado es atemporal que puede, e incluso, debe emprenderse en cualquier etapa de la vida.
“Nyad” no es solo una película que entretiene, sino un testimonio visual de la universalidad de la búsqueda de sentido en la vida.
Tu, querido lector, ¿estás consciente y conectado con tu sentido de vida?