In principio erat Verbum©
Simón Vargas Aguilar©*
“El que sabe pensar, pero no sabe expresar lo que piensa; está en el mismo nivel que el que no sabe pensar.” Pericles
Uno de los temas que predominan en la agenda nacional han sido las próximas elecciones, los precandidatos han ido diseñando y adecuado sus precampañas con base en diversos ángulos y bajo distintos escenarios, sin embargo, no podemos negar que después del 2020 las estrategias dieron un giro significativo y es que el COVID-19 paradójicamente, estableció distancia física, pero nos recordó que los vínculos emocionales son determinantes.
Es así que, las redes sociales aparecieron en el panorama con más fuerza, actualmente éstas, aunadas a las técnicas de branding ya no solo influyen en la venta de productos, ahora también comercializan puestos políticos, creencias y lamentablemente, hasta impulsan guerras; ¿cuáles son los elementos que inciden para que una campaña sea exitosa?, ¿las redes sociales afectan las preferencias electorales?, ¿los likes y shares se traducen en votos en las urnas cuando llega el momento definitivo?
FaceBook, Instagram y TikTok han permitido la adaptación de los mensajes dependiendo del público, lo que a largo plazo se traduce en conexión emocional con los votantes indecisos; pero también permiten presentar el valor simbólico del político y por supuesto su representación psicológica.
Por lo amplio del tema y las vertientes a considerar, en futuras ocasiones abordaré otras aristas, por el momento y ante el inicio de las precampañas no se puede perder de vista que de acuerdo con Hootsuite, el 60% de los especialistas en marketing afirma que ya no sólo se trata de la novedad y versatilidad que estos espacios implican, sino que factores como la autenticidad y la calidad son elementos críticos para un contenido exitoso.
Aunque diversos políticos continúan aferrándose a los métodos tradicionales, porque es entendible que los cambios puedan generar incertidumbre, las campañas electorales ya no se definen con acciones como la publicidad en vías públicas o los mítines. Las redes sociales se han convertido en un espacio en el que los candidatos pueden convencer a los votantes y presentar sus mensajes sin estar limitados por situaciones temporales o espaciales.
Las estadísticas no suelen fallar, por lo que se debe contemplar que, para el 2024 y con base en la lista nominal de electores del INE, el 57% de la población cuenta con edades que oscilan de los 18 a los 44 años y el 36.8% de mexicanos cuentan con menos de 35 años, por lo que las redes sociales y el vínculo que generan, así como el valor emocional que provocan en los jóvenes, los desencantados de las campañas tradicionales y los hartos de polarización, serán significativos y podrían generar cambios importantes en las preferencias políticas.
El panorama político ha cambiado diametralmente, la audiencia es activa, la población busca dónde informarse y los medios de comunicación tradicionales han dejado de ser las principales fuentes de consulta, por lo que el público detecta con mucha más facilidad y rapidez los planes sin bases, las propuestas improvisadas y el desconocimiento en los temas, pero sobre todo, los falsos sentimientos, lo que sin duda determina mucho del rechazo hacia los candidatos.
No olvidemos que la gente ha perdido confianza en las instituciones, por lo que el contenido generado por usuarios jugará un papel determinante por la manera tan estrecha de conectar con los votantes. Es cierto que la carrera electoral está comenzando, pero las campañas suelen ser impredecibles, por lo que si de algo podemos estar seguros es que generar confianza es determinante.
*Consultor en temas de seguridad, justicia, política, religión y educación.
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