DE LINDES
Hay personas que tienen claros sus objetivos y deciden trabajar por ellos, aunque tengan que romper paradigmas y gracias a esto cambian la historia. Tal como en 1981 cuando el Senado estadounidense aprobó el nombramiento de Sandra Day O’ Connor y de esta forma se convirtió en la primer mujer que lograba ser juez en el Tribunal Superior de Estados Unidos, sentando un precedente que le abriría las puertas a las seis mujeres que han formado parte del más importante recinto de justicia en nuestro vecino del norte.
Y aún cuando aún hay mucho por hacer porque en proporción con los 109 hombres que han formado parte de dicha institución, el número de mujeres es minúsculo, el hecho de que Sandra Day haya abierto las puertas para un camino hacia la igualdad, demuestra que los cambios pueden y deben de realizarse.
Por eso cuando esta semana se dio a conocer la muerte de la mujer que hizo historia en la justicia estadounidense, muchos lamentaron que hoy no hayan más como ella, no solo mujeres sino personas dispuestas y decididas a ir más allá, a marcar precedentes, no solo de género, sino de justicia, porque en su caso , en su carrera nunca se decantó por una sola ideología, por lo que igualmente votaba en contra o a favor de los temas liberales y conservadores, buscando que siempre prevaleciera la justicia.
Aunque desafortunadamente en su historial no siempre logró acertar en sus decisiones, tal como ella lo dio a conocer, cuando reconoció el haberse equivocado al emitir su voto decisivo en el tema que definió la disputa entre George W. Bush y Al Gore en elecciones del 2000 y que le aseguró el triunfo al primero.
El hecho de que fuera consciente de esto, y lo aceptara públicamente, demuestra que fue una mujer que no temía a las derrotas, ni a los errores y quizás debido a esto es que logró hacer historia, porque como bien dijo Víctor Hugo; “El futuro tiene muchos nombres: para el débil es lo inalcanzable, para el miedoso los desconocido. Para el valiente la oportunidad “.
JESSICA WOOLRICH