* Está acertado en sus decisiones el presidente mexicano, se negó a convertirse en florero, pero su actitud beligerante, su deseo de ser más grande que Juárez, tan enorme como Gandhi, lo transformó en un enorme farol para ser candil del mundo de las falsas encuestas, que lo transforma en el líder que las naciones de Oriente y Occidente necesitan. En la reunión de APEC se habló de tú con todos
Gregorio Ortega Molina
Los faroles de Andrés Manuel López Obrador debieran hastiarnos, porque ese rayito de esperanza pronto se convirtió en desgracia para los mexicanos, incluso para sus feligreses, quienes más pronto que tarde se percatarán de que los programas son un placebo económico y no un motor de desarrollo.
A quienes irá bien, con viento a favor a pesar de Otis, será a los de siempre y al primer círculo del presidente de la República, que sin empacho y sin rubor continúa en las “colectas” para el movimiento.
Tan pronto como las fiestas navideñas y las de fin de año, los cientos de miles de guerrerenses cuyos bienes y salud fueron arrasados por el huracán, se percatarán del farol presidencial, porque su nochebuena será amarga, y recibirán el 2024 con el corazón estrujado, esperando el dos de junio para arreglar cuentas en las urnas, porque el desprecio, el ninguneo con el que los ha tratado, es imperdonable en los usos y costumbres del presidencialismo mexicano.
La fuerza del viento moverá la voluntad de los millones de mexicanos agraviados, que al recibir esa respuesta de Andrés Manuel López Obrador quien decidió que es mayor la investidura al dolor del pueblo que gobierna, mostro, sin empacho, que es más grande su desprecio a la necesidad de consuelo, de empatía que necesitaron y necesitan, todavía, los guerrerenses que pusieron en la 4T su confianza.
Me pregunto si Félix Salgado Macedonio y su hija, Evelyn, disfrazada de gobernadora, acudirían a cenar con su pueblo la Nochebuena, allá, en la colonia Renacimiento, y a Tierra Colorada para recibir el 2024, año que confirmará la larga vida de ese proyecto de Renovación Moral, capaz de transformar la vida de los mexicanos, hasta hacerlo modificar hábitos culturales y refundar la civilización mexicana, la verdadera, la mestiza.
Está acertado en sus decisiones el presidente mexicano, se negó a convertirse en florero, pero su actitud beligerante, su deseo de ser más grande que Juárez, tan enorme como Gandhi, lo transformó en un enorme farol para ser candil del mundo de las falsas encuestas, que lo transforma en el líder que las naciones de Oriente y Occidente necesitan. En la reunión de APEC se habló de tú con todos.
Puede anticiparse, sin lugar a error, que la mayoría de los guerrerenses no disfrutarán de sus fiestas de fin de año.
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@OrtegaGregorio