• Daños colaterales
• ¡Ay, Suave Patria!
Faltan sólo cinco días para que el Presidente entregue a los diputados y a los senadores el texto de su primer informe de gobierno. La sombra de las tropelías del magisterio y los descontentos por la reforma energética cubrirán con su manto el primer año del sexenio neopriísta.
Los maestros, como las huestes de Atila, dejaron a su paso por el recinto legislativo de San Lázaro daños por un millón y medio de pesos, más unos tres millones que costó la contratación del Centro de Convenciones de Banamex como sede del segundo periodo extraordinario.
El Senado obviamente que también tuvo gastos no previstos, por los bloqueos, y por el cambio de sede, pero no ha dado a conocer el avalúo de los daños. Pero qué son 4.5 millones de pesos, ante las comilonas y paseos de lujo de diputados, o el abandono, hasta de la mano de dios, en que están las escuelas en todo el territorio nacional.
Los maestros, manipulados o no por sus líderes demagogos, están cansados de las penurias en las que tienen que realizar su trabajo, que no es asunto menor, porque se trata de responder ante la vida de millones de niños y jóvenes, y nadie puede decir que su sueldo es remunerador.
De la reforma energética se ha hablado profusamente. Tanto que 2 de cada tres ciudadanos sabe de ella, como lo averiguó Roy Campos. No profundamente, pero han oído hablar de ella. Creen que Pemex será vendido, pero saben de la reforma.
El malestar se está cocinando entre los políticos de la llamada Izquierda, no tanto entre la dirigencia del PRD o de sus satélites, fieles del Pacto por México. A la gente común le importa un bledo si el petróleo es o no de los mexicanos. De ella nunca ha sido. Lo que necesita es comida, medicamentos, abrigo, casa.
Habrá que esperar movilizaciones callejeras, pero aunque el Presidente ya le haya apostado a la participación extranjera, aún no está todo escrito. Y seguramente, para no ahondar la gran división de los mexicanos, el mandatario estará dispuesto a aceptar fuertes candados a la participación privada en el subsuelo mexicano
A desfondo: . La clase dirigente del PRI está muy contenta. El sábado pasado, el Partidazo dio muestras de que, por lo menos en la forma, va un paso adelante de las demás fuerzas políticas. César Camacho puso a prueba y recibió buenos resultados de la Fundación Colosio y el Instituto de Capacitación y Desarrollo Político (ICADEP) con el Seminario de “Alineación estratégica y Gobernanza Eficaz”.
Más de mil 400 diputados y presidentes municipales electos de 14 estados acudieron a la Ciudad de México para recibir capacitación política y administrativa. A lo largo de 12 horas en trabajos de plenaria y dos mesas para alcaldes y legisladores, especialistas en política, administración pública, finanzas municipales y negociación, disertaron ante quienes se convertirán, a partir de septiembre, en las autoridades (yo les llamo empleados) más cercanas a la población.
Los secretarios de Gobernación, Desarrollo Social y Energía y los subsecretarios de Hacienda, ofrecieron conferencias magistrales, mientras que alcaldes y diputados en funciones impartieron experiencias de éxito que pudieran ser de utilidad para las autoridades recién salidas de las elecciones.
Los presidentes de la Fundación Colosio y del ICADEP, Adrián Gallardo y Guillermo Deloya, cumplieron con su objetivo, la tarea de gobernar y hacerlo bien, como lo comprometió durante la pasada campaña electoral el dirigente nacional del PRI, César Camacho, está en manos de las autoridades y legisladores electos. No vayan a salir igualitos que los de siempre. Más de lo mismo. Funcionarios irresponsables, si no es que ratas. No le gusta a Jorge Anaya que termine con esa cantaleta trillada de “mejor veremos y diremos”, pero así es.
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