-Victor Roccas.
“…El gran éxito de la Revolución Cubana no fue lograr que una persona emigrara para terminar lavando platos en Miami y enviar dinero a un hermano científico en la Habana, el gran éxito de la Revolución Cubana fue lograr que cualquier niño cubano hombre o mujer tuviera la digna oportunidad de estudiar y llegar a ser un científico capaz al servicio de una sociedad sin condicionamiento financiero, sin discriminación por estrato social, sexo, edad, etnia u origen, el éxito de la Revolución Cubana radica en el principio de humanidad antes que el principio de mercado. ¿O acaso creen que ganar unos dólares por lavar platos en Miami es más digno que curar y salvar vidas en Cuba y el mundo?.. ¿Cuántos jóvenes cubanos, mexicanos, salvadoreños, guatemaltecos, puertorriqueños, etc, lavaplatos han muerto víctimas de las drogas y el crimen organizado en Miami mientras científicos cubanos han salvado miles de vidas en Cuba y en el mundo?..” -V.Roccas.
“En algún momento de la historia el ser humano extravió su razón de ser, de existir, y la dignidad humana se convirtió en un bien de consumo, mercancía de oferta y demanda…”
-V. Roccas.
Usted lector que a través de los años ha soportado cada una de mis letras sabrá muy bien que no comulgo con otra razón que la resultante de la realidad, ni al menos con la llamada verdad pues sigo considerando que las verdades, como las mentiras, son filos de una misma espada y dependen de una conveniencia individualista.
Pero me centraré en la realidad que no se puede ocultar como el amanecer o el anochecer, por mucho que algunos quieran tapar el sol con un dedo clamando que es de noche o ser portadores de la lámpara de Diogenes para iluminar la oscura estupidez de la humanidad.
Y ni el día ni la noche son verdades ni son mentiras tan sólo son realidades. Aún en ello y pensándolo con mayor detenimiento se puede encontrar un estratagema maquiavélica en el uso histórico de las verdades y las mentiras por encima de la realidad, es una manera muy conveniente para algunos al manipular incluso lo evidente, lo que no se puede ocultar pero se logra distraer, es la prestidigitación del conocimiento, mi verdad, tú verdad, la verdad de ella o de él, la verdad de ellos, etc, lo cual conlleva irremisiblemente a la noción de la mentira y con ello la desaprobación moral que desencadena la condena, el enfrentamiento, el secuestro de la voluntad mediante el conocimiento trastocado que esclaviza al dogma.
En ese manejo de la percepción de la realidad llamada verdad es donde el conocimiento y razonamiento pierden su mayor virtud; la consciencia que nos habilita de la voluntad propia y de la única libertad posible, la del pensamiento.
Es así como miles de millones de seres humanos no conocen más verdades que las que les han insertado en la mente a base de estímulos en su mayoría fácilmente digeribles como los provocados por la lujuria, el miedo, la avaricia o la envidia, pero al final siempre estímulos ramplones, sencillos, de fuerte impacto, y en su gran mayoría estímulos brutales.
De otra manera no podrían explicarse el cobijo que las sociedades modernas prestan actualmente hacia actividades que se pueden describir como criminales ejercidas por personas a todas luces vulnerables como son los niños, los jóvenes, los desempleados, los marginados, los vulnerables, etc. Todos lo anteriores son presas fáciles para realizar actividades que ponen en riesgo su dignidad, su seguridad y muchas veces sus vidas, pero claro existimos en un sistema de mercado en donde este tipo de individuos ¡No deben esperar nada del sistema pues hay que ganárselo, lo contrario es socialismo y su aberración el asistencialismo, es mantener la vagancia, el conformismo a costa de todos aquellos que con su trabajo, su mérito, mantienen injustamente la haraganería de millones de pobres!..
Pues en esta sociedad de consumo vale más una adolescente mostrando sus partes íntimas y creando contenido pornográfico aún a costa de violación de la ley porque a los ojos de los hijos del capitalismo es una adolescente emprendedora, con alto perfil en la finanzas y sobre todo un ejemplo para las nuevas generaciones que se integraran a las leyes del mercado, alguien que pronto conocerá el real valor económico de su dignidad ¿Porqué habría de intervenir el estado en regular estas actividades? ¿Acaso no es lo deseable en una economía moderna? ¿Acaso no es deseable la libertad total del individuo para generar riqueza aún a costa de la explotación de la dignidad humana propia o ajena? ¿A quien importaría que esa adolescente desarrollase su intelecto, su dignidad, su humanidad, su consciencia, su ser más allá de generar ganancias de mercado?
Hemos llegado al fondo del absurdo estimado lector, hoy día parece que hablar de asistencia social o programas sociales es insultar al trabajador, deshonrar al ciudadano, para muchos significa prácticamente robarle a quien lo merece para entregárselo al que no, y eso me enerva, realmente me hace encabronar pues implica colocar un precio diferente a cada persona según un mérito de plusvalía muy cuestionable. Es simplemente discriminación. Escuchar y leer argumentos estúpidos que declaran la supremacía de un trabajador formal como entes productivos al supuestamente mantener con el sudor de su frente a un trabajador informal o entes improductivos, a una persona mayor en situación de calle, a una mujer desempleada o a un adolescente sin oportunidades es tan incoherente como plantear que son los empresarios quienes generan trabajo, bienestar y desarrollo social.
Para nadie es un secreto que una cantidad ínfima de seres humanos tienen la fortuna y privilegio de nacer dentro de una familia como la familia Slim, Salinas Pliego, o Azcarraga, vaya que ni mucho menos ser pariente de un jeque árabe, un jerarca ruso, un capo de la mafia italiana, pariente político de un congresista estadounidense o ya de plano ahijado de un político mexicano… Sin embargo las posibilidades de nacer infortunadamente en una familia humilde, pobre, miserable, en entornos violentos, peligrosos, entre guerras, hambrunas, enfermedades, desarraigo, discriminación, ignorancia, crimen, etc, es altísimo. Por ello no sólo extraña sino alarma existan quienes sigan creyendo que los programas sociales son una aberración de una sociedad hacia si misma.
Los rezagos de cada sociedad en este mundo moderno son inocultables, por más verdades que cada quien esgrima, todos los estados del mundo tienen problemáticas y carencias de diferentes rangos en diferentes rubros, existen estados muy desarrollados financieramente inundados por el crimen organizado y de cuello blanco, existen otros estados en donde la riqueza brilla por doquier excepto en los callejones, en la callejuelas y zonas marginales donde la pobreza, las drogas y el crimen rebasan las verdades. Hay otros estados en donde un ciudadano vale su peso en oro y una comunidad entera de individuos no vale ni la pólvora de la bala que terminará eventualmente con sus miserables vidas, existen estados en donde el clamor de una “influencer” feminista inconforme con su salario será replicado hasta el absurdo entre tanto un recién nacido muerto en un basurero apenas tendrá la suerte de encontrar eterno reposo en una fosa común.
Existen estados en donde se llama éxito a lavar platos en un restaurante por $10.- USD la hora trabajando entre 10 a 12 horas sin contrato ni protección del estado porque simplemente se es migrante de color indocumentado, una persona de clase inferior discriminada constantemente, les conocemos como estados de primer mundo o altamente desarrollados. Hay otros estados en donde los niños recién nacidos no mueren al nacer, en donde el sistemas de salud es totalmente gratuito y la expectativa de vida es muy superior a la media, la taza de alfabetización es del 100% por ciento y no hay desempleo, ni hambruna, ni discriminación, les llamamos tiranías.
Los hay que han cometido genocidio durante 75 años en contra de otros pueblos a instancias de la comunidad internacional, violando resoluciones tras resoluciones y amparados por la mayor potencia económica y militar del mundo actual, le conocemos como el estado del pueblo elegido…
Y tenemos estados que se dicen de izquierda y que mantienen todo en orden para que el empresariado voraz, los poderes financieros, el narcotráfico y la derecha continúen poniendo precio a cada persona según las leyes del mercado, rigiendo impunemente sobre la vida de millones de pendejos que han votado por un cambio, les llamamos democracias…
Aceptémoslo, vivimos entre verdades y mentiras, entre el día y la noche, pero totalmente dislocados de la realidad.
-V.Roccas.