La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
El Estado Abdicado, puede documentarse en video, el Big Brother al revés
Fuenteovejuna, la obra teatral de Lope de Vega, es una tragedia en la que el pueblo (la masa, de Ortega y Gasset, ‘la bola’ de la Revolución Mexicana), se rebela contra la opresión, ante la ausencia de un Estado, que otorgue garantías mínimas, respecto de los más elementales derechos ciudadanos.
Tal explosión de malestar, que suele acumularse por años, irrumpe para quebrar los moldes de dominación y, en consecuencia, desnuda la ineficacia de la acción gubernamental, misma que es rebasada, por la disrupción de una sociedad agobiada por todo tipo de lacras.
Este fenómeno, puede presentarse ora como saqueos colectivos, ora como linchamientos y/o autodefensa, por citar dos ejemplos acaecidos en los últimos días. Los casos de Acapulco, después del paso del huracán Otis y de Texcapilla, son contundentes.
Sin embargo, a diferencia de lo que pasaba años atrás, cuando dichas irrupciones eran atribuidas a una muchedumbre caracterizada por el anonimato, ahora, con la existencia de las videocámaras y los celulares (los objetos nómadas de Attali), podemos observar en tiempo real, los rostros de esa turbamulta hastiada de su cotidianeidad, la cual está marcada por la fatalidad, o sea, la falta de oportunidades, en general, para una vida digna.
Queda el dato registrado, no se trata de rumores o complots de la ‘mafia del poder’, pero, ya sabemos, que no hay peor ciego que un político en ‘la plenitud del pinche poder’.