Eduardo Sadot
Hay personas malas que hacen cosas buenas para después hacer cosas malas impunemente, la genialidad del líder de MORENA ideó una manera de disfrazar su corrupción, practicando diversas formas para obtener dinero, la más evidente y eficaz ha sido la reducción del mantenimiento esperando que no suceda nada, la idea fue de obrador desde el momento en que ordenó reducir el gasto en mantenimiento, la primera que lo hizo ganando su simpatía, sí fue precisamente reducir el rubro de mantenimiento, del metro y en todo lo demás, acostumbrados a vivir en la basura – decía – no importaría un poco más de basura, desorden y descomposturas, total el mantenimiento forma parte de la cultura de los neoliberales, tampoco para alguien que nunca ha cuidado nada porque tampoco le ha costado nada, ni el mínimo esfuerzo, ni dinero que ha obtenido sin trabajar, que los fanáticos le han proporcionado durante años sin trabajar, alguien que mediante el chantaje por presiones y manifestaciones sabe lo que es esforzarse para obtener lo mínimo que una familia normal pudiera lograr mediante ahorro, sacrificio o esfuerzo laboral. Aún está fresco el recuerdo de un presidente subiéndose a una silla antigua en el salón de embajadores con todo y zapatos para abrir una ventana, o unos padres en el aeropuerto viendo con singular complacencia a su pequeño hijo subiendo “sus patas” en las sillas. Con todo ese perfil el mantenimiento en la administración pública es un gasto inútil de sus adversarios y de los neoliberales, eso explica, porque tantos mexicanos coinciden con MORENA.
Después de la explicación todo se aclara, entonces, primero se recortó el gasto de mantenimiento, elevadores en las oficinas de gobierno, limpieza, escaleras eléctricas en el metro, para repartirlo en programas sociales en busca de los primeros votos para conseguir ganar las elecciones en las gubernaturas.
Pero ese “ahorro” comenzó, con el corte de pago de mantenimiento de en todas las dependencias, había que gastar millones para consolidar su movimiento y ganar elecciones, como hoy, que siente la amenaza de ir a la cárcel por sus mentiras, al declarar que las obras son “seguridad nacional” por los abusos, compras discrecionales fuera de la ley, repartición de recursos entregados sin comprobantes con la sospecha de sumar beneficiarios fantasmas e inexistentes, eso es más redituable.
Mientras sus seguidores son capaces de culpar a otros por defender a quien los ha engañado, se sabe, que es más fácil engañar a alguien que convencerle de que le han engañado.
Los muertos del metro por falta de mantenimiento, la mentira desde las mañaneras de que hay – no habrá – afirmó que “hay” abasto de medicinas, los ingenuos seguidores se pelean en los hospitales asegurando que si “dijo que hay medicinas” entonces “hay medicinas” solo que en los hospitales, el personal las esconde para dañar la imagen de su “mesías” pero él nunca tiene la culpa, así es el fanatismo lo justifican. Mientras el único que dice que no es corrupto, es el corrupto. Hasta cuando, ¡hasta cuando Catilina! los mexicanos se convencerán del engaño.
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