* Al avecinarse una reñida elección en el presente año, el PRI debe voltear la vista a la inédita labor desempeñada por el alcalde de ese municipio, pues además de finiquitar la deuda pública el próximo mes, su gestión ha generado importantes ahorros como la devolución de recursos por parte de la CFE, al bajar el consumo eléctrico por la instalación de bombillas ahorradoras en el alumbrado público, de la mano de funcionarios honestos y capaces como Haciel Bustos, tesorero del ayuntamiento; Márquez es la luz al final del túnel para un tricolor que se desfondó por las deslealtades y oportunismos de muchos de sus ex integrantes
SILOGISMOS
Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
Especial de Expediente Ultra
El próximo mes de febrero ocurrirá en la alcaldía de Tulancingo un fenómeno pocas veces visto tanto en el Estado como en el país: la administración del presidente municipal, Jorge Márquez, finiquitará la deuda pública que se viene arrastrando desde pasadas administraciones.
No puede dejar de mencionarse que en el inédito saneamiento a las finanzas públicas de uno de los municipios más importantes de Hidalgo ha tenido un papel de primer orden el tesorero, Edgar Haciel Bustos Olivares.
La eficaz administración de los recursos públicos en ese municipio no es, de ninguna manera, obra de la casualidad ni de generación espontánea alguna, porque hay otros indicios que refieren que cuando se maneja con transparencia, capacidad y responsabilidad del erario, se pueden generar importantes ahorros como la devolución de una millonaria cantidad que la Comisión Federal de Electricidad hizo al ayuntamiento de Tulancingo por el bajo consumo de energía al colocar bombillas ahorradoras en su alumbrado público.
La noticia que para muchos no será motivo de interés ante el caudal de corruptelas que se vienen ventilando en los medios tras darse a conocer la Estafa Siniestra, donde diversos alcaldes hicieron todo lo contrario a lo que ocurre en el gobierno municipal de Jorge Márquez, no puede soslayarse ante el complicado escenario político que se avecina para el antes poderoso Partido Revolucionario Institucional (PRI), que como todos atestiguamos ha sido desfondado por defecciones y renuncias de personajes de primer nivel en la entidad, que este organismo político deberá ser cauto al momento designar candidaturas.
Al voltear la vista a los excelentes e inocultables resultados que está generando Jorge Márquez de la mano de funcionarios capaces como su tesorero, se decanta la figura de un verdadero priísta que siempre estuvo comprometidos con los principios y estatutos de su partido, en cuanto a la ética y responsabilidad para ejercer un cargo público de elección popular.
Mientras muchos de sus correligionarios de Hidalgo y del país se dieron a la tarea de tejer y sumergirse en toda una serie de grillerías, el alcalde se dedicó sencillamente a trabajar para enderezar la hacienda municipal y reconstruir el dañado tejido social, golpeado incluso cada año por las recurrentes inundaciones que dejaron sin su patrimonio a cientos de familias, sobre todo de escasos recursos.
Al analizar a detalle la labor del edil de Tulancingo y de su tesorero, Haciel Bustos Olivares, se concluye que no todo está perdido, ni podrido por deslealtades y oportunismos, en el PRI de Hidalgo.
La fórmula para garantizar triunfos en las próximas elecciones de este año es sencilla: el tricolor debe echar mano a políticos que representen historias tangibles de éxito hacia la sociedad y en tal sentido, en Tulacingo, no hay uno sino dos prospectos con firmes cartas de presentación para representar a este partido y a los hidalguenses; el primero, Jorge Márquez hacia el Congreso Federal; y el segundo, Haciel Bustos, para el Congreso Local.