Ricardo Del Muro / Austral
Después de cuatro días de incertidumbre, al inicio del nuevo año, se informó la liberación de 32 migrantes secuestrados por un comando armado durante el penúltimo día de 2023 en Tamaulipas, un caso “atípico” por el número de víctimas, según la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, pero que mostró la impunidad con que opera el crimen organizado en el rapto de indocumentados.
El hecho que trascendió al ámbito internacional ocurrió el 30 de diciembre en la autopista Reynosa – Matamoros, a la altura del municipio Río Bravo, donde el autobús de Grupo Senda con número económico 9570, en el que viajaban los migrantes de diversas nacionalidades, fue intercepetado por al menos cinco camionetas con personas armadas. El conductor de la unidad quedó en libertad junto a su acompañante y tres pasajeros mexicanos.
En los siguientes días, las autoridades estatales y federales desplegaron un operativo de búsqueda, pero no hubo “rescate”, ya que los secuestradores los liberaron, al mediodía del miércoles 3 de enero, en el estacionamiento de la tienda Soriana de Río Bravo.
Este secuestro, destacó el diario El País, revivió “el horror de las masacres en el norte de México”, al recordar el hallazgo de 72 cadáveres de migrantes centroamericanos en San Fernando, Tamaulipas, en agosto de 2010, que obligó al gobierno mexicano a reconocer la magnitud de los casos de secuestros de migrantes.
En lo que va del sexenio, cada mes han sido secuestrados, en promedio, al menos cuatro migrantes en alguna parte del territorio mexicano, de acuerdo con los registros del propio Gobierno. Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) informó que en octubre pasado se registraron 33 secuestros en territorio mexicano, 90 por ciento de los cuales fueron en contra de migrantes.
De acuerdo con los reportes, en algunos casos los plagiarios han pedido de 2 mil a 2 mil 500 dólares (entre 35 mil y 45 mil pesos) por liberar a cada uno de los migrantes, mientras que algunas familias han denunciado que han llegado a pagar entre 60 mil y 70 mil pesos por persona.
El secuestro masivo ocurrido en Tamaulipas el sábado 30 de diciembre es uno de los mayores casos de este tipo desde el pasado mes de mayo, cuando 49 migrantes y dos choferes fueron secuestrados de un autobús en la carretera 57 en los límites de San Luis Potosí y Nuevo León.
En aquella ocasión, uno de los plagiarios que se identificó como integrante del Cártel del Golfo se comunicó con el propietario del transporte para exigir un pago de mil 500 dólares por cada persona. Aunque no se especificó si se habían pagado rescates, los migrantes fueron liberados.
Ahora el secuestro (y liberación) de los migrantes en Tamaulipas, es “un caso con el sello del Cartel del Golfo”, señaló Pablo Ferri, reportero de El País:
“La resolución del caso de los migrantes secuestrados en Tamaulipas, que al final eran 32 y no 31 – escribió -, ha generado muchas dudas, que apuntan a la narrativa desplegada por el Gobierno, y también a las decisiones del grupo de captores, vinculado de alguna u otra manera al Cartel del Golfo. El vocero de la presidencia y la secretaria de Gobernación informaron del “rescate” de los migrantes este miércoles, consecuencia, dijeron, de los esfuerzos del aparato de seguridad estatal y federal. Pero enseguida empezaron los rumores. No había tal rescate, sus captores los habían liberado en el estacionamiento de un centro comercial”.
En efecto, el vocero presidencial Jesús Ramírez Cuevas, publicó en sus redes que “gracias al esfuerzo coordinado del gobierno de Tamaulipas, la FGE, Sedena, Guardia Nacional y la SSPyC se logró rescatar a los 31 migrantes”; sin embargo, la secretaria de Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez, posteriormente informó que habían sido 32 las personas secuestradas y los familiares de algunos de los migrantes pagaron para que se les liberara, pero “no sólo fue por el dinero que se logró la libertad de 26 venezolanos y seis hondureños”, puntualizó.
De hecho, la conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador del viernes 5 de enero, la inició la secretaria de Seguridad Pública, presentando los pormenores del secuestro y la liberación.
“Sabemos, por el testimonio de las víctima, que fueron llevadas por un camino de terracería durante aproximadamente 20 minutos, pasados los cuales los cambiaron a un viejo autobús viejo. A bordo de esta unidad llegaron a una finca con una bodega y una casa cercana, donde fueron agrupados por familias, despojados de sus teléfonos celulares y artículos de valor”.
“En el lugar – agregó – les tomaron fotografías y durante la madrugada del 31 de diciembre los secuestradores llamaron a las familias de las víctimas con el propósito de solicitarles dinero. En algunos casos, tenemos la información de que sí se concretó el depósito de una parte del recurso exigido”.
Al reiterar que es “absolutamente falso que hayan participado policías en el secuestro”, el presidente López Obrador concluyó: “Bueno, ¿fue rescate o liberación? Sea rescate o sea liberación, lo que tenemos que celebrar es que se encontraron con vida, sanos y salvos (a los migrantes), eso es lo más importante”. RDM