Una de las insustituibles cualidades y calidades morales de Don Ricardo Franco Guzmán, es la de su honestidad intelectual, la cual en su sentido más amplio equivale a que jamás permitió actos de corrupción en el entorno de sus defensas penales.
En aquellas hermosas cátedras que impartió e imparte en la Facultad de Derecho, desde hace setenta años, siempre a sus alumnos nos ilustró diciendo: “Los jueces y defensores bribones y sinvergüenzas, siempre se jactan con hipocresía de su fingido saber, se pavonean de ser probos y doctos”.
“Los espíritus de los defensores penalistas deben de buscar siempre el ideal de justicia, sin olvidar jamás que un digno defensor es adversario de la mediocridad: se deben de comportar como contrincantes frente a la indignidad, generosos con la contra parte, más aún, si esos funcionarios de procuración e impartición de justicia portan sus togas con pulcritud”.
Hablar, pensar o escribir de Don Ricardo Franco Guzmán es remontarse a muchas décadas, setenta para ser exactos, de abrevar sus conocimientos en esas hermosas aulas universitarias. Siempre, tan digno catedrático ha aseverado que existieron y existen jueces que pasan de ser de toga limpia a toga sucia, que obtuvieron y obtienen ganancias por su poco amor al sacerdocio judicial, que esas gananciales son contra toda justicia, contra todo decoro. Siempre “recuerden que esos forajidos del derecho anteponen el oro por encima de la ley. Ellos son indignos del derecho”.
Ricardo Franco Guzmán, de añejo ha estimado que una buena cátedra produce defensores penalistas que se distinguen por su amor a la justicia, por su hombría de bien. Una mala aula los hace ruines, rapaces y esclavos de todos los deseos contrarios a la ética, justicia y libertad.
Tan digno decano de los defensores penalistas nos lega con su saber los conocimientos antepuestos. Es evidente que los abogados de defensa en materia penal deben de tener un solo sentimiento de justicia, no solo en lo que por tradición se sabe como concepto de justicia conmutativa (constans et perpetua voluntas suum quique tribuere), sino, que ello debe de entenderse e interpretarse como justicia total.
Don Ricardo Franco Guzmán, en éste mes de febrero llega a los noventa y seis años de vida. Por ello la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, de pie y a manera de felicitación, en tono potente proclama emitir un “goya” en su honor.
Es cuanto.
Lic. Alberto Woolrich Ortíz
Presidente de la Academia de Derecho Penal
Del Colegio Nacional de Abogados Foro de México.