Alberto Martínez Vara
En los últimos tiempos, la venta de drogas ha aumentado de manera alarmante, el “Informe Mundial Sobre Drogas 2023” difundido en Viena, destaca que los consumidores de estupefacientes aumentaron un 23 %, llegando casi a los 300 millones de adictos.
Las grandes mafias de los años 20`s hicieron un gran negocio con la venta de licores. Las grandes mafias de hoy han hecho un gran negocio con las drogas. La pregunta es: ¿Por qué se dan esos fenómenos que destruyen a la sociedad?
¡Porque se prohíbe la venta de esos productos!
No cabe duda; Lo más sabroso… es lo prohibido.
Las mafias de los años 20`s se quedaron sin negocio cuando permitieron la venta de licores. El consumo de mariguana sigue existiendo legalmente, pero dejó de crecer cuando autorizaron la venta.
¿Y por qué extraña razón no se permite mundialmente que la cocaína, la metanfetamina, la diacetilmorfina, la benzodiazepina, los opioides y la ketamina, se vendan en las farmacias?
Simplemente porque no les conviene a dos grupos en todos los países: a los que hacen las leyes y a los encargados de aniquilar a esas mafias.
Si un país valiente permitiera que esas drogas fueran legales, se les quitaría la atracción de “lo prohibido”. Y a falta de clientes y utilidades, no existirían los promotores que regalan drogas a niños y jóvenes para hacerlos adictos y vendedores.
Además, no existirían las mafias internacionales multimillonarias, ni las guerras entre diferentes cárteles que matan a competidores llevándose de corbata a millones de inocentes en todo el mundo.
Dejemos de creer que los cuerpos policiacos y los políticos van a rechazar ese enorme negocio porque su función es proteger a la población. La única forma de acabar con ese problemón es bloquear las enormes utilidades que recibe toda la cadena de producción.
El consumidor toma drogas porque le sirven para liberarse temporalmente de sus problemas, por esa razón siempre habrá clientes, aunque ellos sepan que pueden terminar muertos. A esos seres humanos ya no podemos quitarles el vicio. Pero lo que sí podemos hacer es evitar que más personas caigan en la trampa de las drogas.
Y la única forma de terminar con la enorme promoción entre los jóvenes, es quitándole la enorme utilidad que recibe toda la cadena de venta.
Eso se lograría con una competencia que venda la droga legalmente en todas las farmacias del mundo y a un precio bajísimo. Algún país valiente tiene que empezar a proteger a los niños y jóvenes que están cayendo en manos de estas mafias.
Y esto va a sonar muy fuerte, pero es real; el ser humano tiene la libertad de suicidarse y una forma de lograrlo es consumiendo drogas. Y ninguna ley lo prohíbe. Pero convertir a un niño o un joven en un vicioso, si es un crimen que debemos erradicar.
No se enojen conmigo porque esto parece absurdo. Piénsenlo bien. Las mafias del licor desaparecieron cuando la venta se legalizó.
No hay otra solución, porque
Lo más sabroso… es lo prohibido.
amv@albertomartinezvara.com