La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
No cumple los requisitos: cero lealtades y regular eficiencia
Suena paradójico, pero el retorno al redil, de Marcelo Ebrard, complica el panorama, en forma coyuntural, para la candidata presidencial, Claudia Sheinbaum.
Alejado y sin respaldo de ningún partido, el ex canciller no significaba ningún peligro para la estrategia electoral de la 4T, sin embargo, ahora le tienen que encontrar un buen lugar, ya que, ocupó el segundo lugar en las encuestas.
De entrada, Marcelo desplaza a Adán Augusto López y Ricardo Monreal, buscará ser el líder de MORENA en el Senado, en segundo plano, está demostrado que el personaje es un hombre de doble ánimo, o dicho en términos coloquiales, no es de fiar, por lo tanto, se podría convertir en un dolor de cabeza, si Claudia arriba a la presidencia, en el proyecto sucesorio de 2030.
El meollo del asunto, consiste en que el referido, infiere que YSQ y su heredera están en deuda con él, pero, los empoderados, funcionan con otra lógica: sólo atienden sus intereses y, como dijo el clásico, los acuerdos fueron hechos para romperse.
La inestabilidad emocional, es su principal problema, Ebrard terminó haciendo lo que debió realizar desde un principio: aceptar la derrota. Se rebeló sin el menor sentido, al final, no hubo ruptura y se alineó a destiempo.
Así pues, lo previsible es que le otorguen una posición de relumbrón, no obstante, la historia del presidencialismo adelanta que será un encargo efímero, los errores se pagan.