LOS CAPITALES
Por EDGAR GONZALEZ MARTINEZ
Tal parece que el acuerdo previo de los factores de producción -aún sin ratificar- no es reducir las horas de trabajo, sino pasar de un día de descanso a la semana, a dos. Hay industrias que podrán hacerlo con cierta facilidad y de hecho ya lo hacen, como el sector financiero, de oficinas y de servicios profesionales, que ya no trabajan los sábados. Sin embargo, hay otras como la manufacturera, minera, química, petroquímica y de construcción, que requerirán hacer modificaciones estructurales muy grandes y profundas para lograrlo. Esas industrias requieren de mucho más tiempo. “Para ellas, por lo pronto, hay que resaltar que, conforme pasan los días, la reducción de jornadas no se ha hecho efectiva a partir de los primeros días de enero de 2024. Podemos pensar que, en un escenario de presión, la fecha fatal sería a partir del 1º de enero de 2025”.
Así lo afirmó Francisco Udave, socio experto en derecho laboral de la firma Santamarina y Steta, y añadió que muchos sectores industriales no podrían cambiar sus procesos a mediados de año sin afectar sus proyecciones de producción, porque tienen una planeación muy detallada de cuántas piezas van a fabricar cada mes, semana y día, de aquí al cierre del año. El punto de debate es la preferencia del sector empresarial para reducir el máximo de horas semanales gradualmente. Por ejemplo, 46 horas como máximo en 2025; 44 horas en 2026; 42 en 2027 y 40 en 2028. Mientras, el Gobierno y el Congreso quieren acelerar las cosas y cancelar un día de trabajo, lo que implica migrar de 48 a 40 en forma directa. Particularmente, porque el 2024 es un año electoral.
El experto añadió que, más allá de las particularidades y procesos industriales específicos de México, la tendencia mundial hacia la reducción de jornadas de trabajo es de 40 horas a la semana. Mismas que están dictaminadas en la Constitución de 1917, desde hace 107 años. “La realidad de 2024 es completamente diferente. El trabajo es cada vez más desgastante”.
“Otro aspecto importante a señalar es que este ajuste de horarios no implica una reducción de salarios, lo cual es benéfico para los trabajadores. Incluso, puede significar mayores ingresos, porque las horas adicionales que requiera la empresa pudieran representar horas extras, mejor pagadas. Eso es muy bueno como medida de justicia social, pero tendría que resultar en mayor productividad, a fin de que la medida resulte efectiva, duradera y no termine en el cierre de fábricas”, concluyó Udave.
Reanudará el Senado de la República la Sesión Ordinaria el próximo jueves 1 de febrero.
La presidenta de la Mesa Directiva, Ana Lilia Rivera Rivera, convocó a las senadoras y senadores a la sesión ordinaria de esta Cámara, que se llevará a cabo el próximo jueves, 1 de febrero, para la instalación del Segundo Periodo de Sesiones Ordinarias del Tercer Año de Ejercicio de la LXV, y confía en durante las sesiones se impulsará el diálogo parlamentario no sólo para abordar los temas pendientes de la agenda legislativa, sino las reformas constitucionales que anunció el titular del Ejecutivo Federal.
México va alejándose de los rankings internacionales en materia de tecnología.
Según el Ranking Mundial de Competencia Digital (IMD} México muestra, cada vez más, dificultades para insertarse en la carrera de la innovación, situación que parece una constante en su historia, siendo siempre seguidor o mejor dicho perseguidor de tendencias e innovaciones tecnológicas; le cuesta trabajo seguir el ritmo ante los cambios innovadores y vertiginosos que se presentan como una constante mundial.
Según datos de Consultores Internacionales, México ocupa actualmente la posición 54 del Ranking Mundial de Competencia Digital (IMD), 61 en el Índice de Preparación para las Tecnologías de Frontera (UNCTAD) y 58 en el Índice Global de Innovación (OMPI). En cada informe desde 2019 a 2023 ha mostrado una caída de 5, 4 y 2 posiciones en cada ranking respectivamente. Estos resultados nos advierten de una limitada capacidad y preparación, perpetuando el rol de seguidor a otros países.
En el informe del IMD, destacan dentro de las debilidades de México la falta de habilidades digitales/tecnológicas; de desarrollo y aplicaciones de tecnología, de seguridad cibernética, y de tecnologías de comunicación. Mismos aspectos en los que coinciden los estudios de UNCTAD, donde califica como las facetas más débiles a las habilidades digitales/tecnológicas y a las tecnologías de comunicación. Por su parte, en la zona de las fortalezas se destaca que el 25% de la población egresada del nivel universitario tenga estudios en áreas STEM; que se cuente con capacidad para atraer talento internacional, y el alto porcentaje de exportaciones de bienes de alta tecnología que representan el 19% del total.
Y un indicador que evidencia la baja capacidad de innovación es el registro de patentes. De acuerdo con la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), México se posicionó en 2023 en el puesto 37 mundial, en virtud de que ha manifestado una reducción de 9% anual en la generación de patentes comparada con el año previo.
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