La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Ser zacatecana es una circunstancia, involucrarse con el Cui, una decisión
Los enemigos, que no adversarios, de la precandidata de MORENA, Rocío Nahle, al gobierno de Veracruz, no son los periodistas que en un pasquín enumeran, no hay que confundirse.
Los responsables, de que la campaña de la señora sea un desastre, son los personeros del gobierno del estado (Cazarín, Zenyazen, Eleazar y José Luis), que más que aportar, están convertidos en auténticos lastres.
Si doña zacatecana pensó que serían sus salvavidas, supuso mal, en la entidad, todo lo que se identifique con Cuitláhuac García apesta y, las evidencias, están a la vista.
En los corrillos políticos, se habla de que habrá cambios en la estrategia de la aspirante oficial, veremos que pasa, el proyecto está desfondado y no se ve por dónde pueda salir avante, son los costos de la imposición.
El asunto es preciso; a diferencia del 2018, no hay efecto López Obrador, a lo que se suma el problema de la oriundez y, en esto último, debemos ser precisos: no es un problema de xenofobia, sino, de conocimiento del terreno.
La ingeniera comenzó mal y como dicen las abuelas: lo que mal empieza, mal acaba.
Ya lo dijeron los clásicos: al tiempo.