El 21 de Marzo, en el noreste de Damasco en Siria, 400 infantes y más de 1,400 personas fallecieron víctimas del gas letal sarín esparcido por las fuerzas militares del déspota Bachar el Asad. Durante los dos últimos años, 100,000 sirios han muerto en las refriegas militares en todo el país. Un millón de niños son huérfanos y un éxodo superior a dos millones ha abandonado Siria para confinarse en Turquía y otros países vecinos.
Cuesta entender que con armas convencionales sí esta permitido matarse entre hermanos, de acuerdo a la ley de la guerra civil, a la aprobación de acuerdos internacionales, sin embargo, el uso de armas químicas para el mismo fin es penadísimo por las naciones sujetas a los pactos de guerra de las Naciones Unidas o a las cortes internacionales.
La línea roja, el límite entre la intervención militar o no, que el presidente Obama estableciera hace más de un año en relación al conflicto interno sirio, la rebasó el ataque a la población civil con gas sarín. Invadió la frontera de tolerancia establecida por el mandatario.
Para Barack Obama no hay marcha atrás. Renuente a los ataques bélicos, en éste caso tiene que tomar represalias, sobre la base de su propio dicho, la línea roja. Sin descontar que también esta en juego su liderazgo político internacional y doméstico.
Obama anunció tomar acción militar, contra el régimen despótico de Bachar el Asad, ante las irrefutables pruebas del uso de armas químicas, sin embargo, como recurso para ganar tiempo y curarse en salud, le ha solicitado autorización al Congreso, que por cierto esta de vacaciones, para intervenir en Siria.
El ejecutivo federal, no requiere de ninguna autorización por parte del Congreso, como comandante en jefe de las fuerzas armadas de los Estados Unidos esta en todo su derecho a tomar la decisión por si mismo para salvaguardar la seguridad nacional y, la violación a los acuerdos internacionales respecto al uso de armas químicas.
Las repercusiones de la intervención militar en Siria, son mayores, de pronóstico catastrófico. La geopolítica de la región esta en riesgo, en particular por la vecindad con Israel, Irak y un Irán mas lejano geográficamente pero cercano ideológicamente.
Rusia opuesta a cualquier intromisión de Occidente. El jugoso negocio de la venta de armas al régimen actual terminaría. China, en contra de la injerencia, ha sido prudente, silenciosa, mas preocupada por la crisis económica que se le avecina, que tomar parte en un conflicto cuyo beneficio lo representa la posición política ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y la manera de usufructuarlo con Occidente.
Para Corea del Norte es una severa llamada de atención, el mensaje es claro, intimidatorio, no se puede ir por la libre así nada más, los pactos entre naciones sin importar la ideología hacen el balance para que el mundo avance a empellones entre unos y otros, “sin sacarse mucho mole”, apenas el suficiente para mantener productiva la maquinaria de la economía de guerra.
El ansia de poder de los sectores religiosos es el más peligroso de la contienda, el que sin duda, incendiará villas y ciudades, y el odio y la crueldad, cobrarán más víctimas
El riesgo mayor para Barack Obama, sería que el Congreso no autorice el ataque militar a Siria, igual que el Parlamento Inglés detuvo al primer ministro Cameron.
La extrema polarización, entre republicanos y demócratas, acusa de antemano que dejaran al Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas a su suerte.
Para el mandatario estadounidense representa un aprieto espinoso.
¿Se atreverá a actuar solo?
¿Reculará?
¿Tomará otras medidas?
Difícil preverlo.
A Obama le preocupa más la política interior que el conflicto en Oriente Próximo. El legado histórico, incluida la ley de reforma inmigratoria y mantener a los demócratas en La Casa Blanca, es la asignatura mayor del resto de su mandato.
Al tiempo…