La crisis por la escasez de agua es cada vez más preocupante en el Valle de México y esto es debido a varios factores, principalmente, la falta de gestión hídrica en la región, en la que tienen responsabilidad los tres niveles del Gobierno: federal, estatales y municipales.
Aunque el Valle de México es la región más densamente poblada en el país, cuenta con la menor disponibilidad de agua renovable anual con 150 m3/habitante, que contrasta con la región Frontera Sur, la cual cuenta con 19 mil 078 m3 /habitante, de acuerdo con datos del Instituto Méxicano para la Competitividad (IMCO).
Aunando a esto, la cantidad de agua almacenada en las presas que conforman al Sistema Cutzamala (Villa Victoria, Valle de Bravo y El Bosque), hasta el 29 de enero de este año, es sólo el 39.8% de su capacidad, lo que significa un 44% por debajo de su promedio histórico, por lo que la Conagua advirtió que podría agotarse antes de junio de este año.
A su vez, el Bosque del Agua del que se extrae 70% del agua para la CDMX y la zona conurbada, está en vías de sufrir daños irreversibles por la misma falta de gestión de recurso y el crecimiento urbano desordenado que ha provocado la reducción de 40% de esta zona boscosa en los últimos 30 años.
Por cada metro cuadrado de nuevas viviendas irregulares y pavimento están reduciendo la superficie de infiltración de agua de lluvia y se dejan de infiltrar cerca 1,500 litros de agua, lo que representa menos disponibilidad de agua que extraer del acuífero para llevar a la ciudad.
En la investigación “Aguas en México: ¿escasez o mala gestión?”, publicada el año pasado, el IMCO advirtió que las diferencias en el abasto y demanda del agua, su contaminación, y la falta de una mejor gestión, regulación y mantenimiento de las infraestructuras hidráulicas son responsables de la escasez de este recurso.
También enfatizó que la infraestructura hídrica, desde las presas hasta las tuberías y el alcantarillado, son obsoletas y presentan deficiencias en detrimento de una correcta gestión del agua.
De hecho, esta infraestructura obsoleta y las tuberías con fugas, ocasionan que aproximadamente el 40 por ciento del agua se pierda, según cifras de Oxfam México.
Un ejemplo es el municipio de Naucalpan, que es el más afectado por el desabasto de agua en el Estado de México, pues ante la falta de una eficiente gestión de recursos por parte de las autoridades y al recorte en el suministro desde el Sistema Cutzamala -implementado desde agosto de 2022- ha provocado una grave escasez en 70 colonias y reporta pérdidas diarias de 34 millones 560 mil litros de agua.
En ese sentido, Max Correa Hernández, representante del Grupo Parlamentario de Morena, presentó un punto de acuerdo para que los titulares de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la secretaría del Agua del Estado de México, la secretaría de Desarrollo Urbano e Infraestructura y alcaldes, adopten medidas urgentes para garantizar el derecho humano al agua.
Subrayó que a lo largo de décadas no se plantearon políticas públicas en los tres niveles del gobierno que ayudarán a generar alternativas, como sistemas de captación de lluvias, invertir en tecnología, garantizar un mayor aprovechamiento y rendimiento, el correcto tratamiento de las aguas residuales, así como la sustitución de las tuberías de la red hidráulica.
Otra de las causas de la crisis hídrica, es debido a que en las últimas décadas, se ha extraído agua de los acuíferos a un ritmo más rápido de lo que se puede recargar naturalmente, lo que ha derivado a una reducción del nivel del agua subterránea y, a su vez, provocado hundimientos en el suelo y la pérdida de capacidad del almacenamiento de agua en los acuíferos.
La situación en el Valle de México también se ha agravado debido a la escasez de lluvias y a la prolongada sequía que afecta al Sistema de Cutzamala, lo que deja a la región y 23 millones de personas con una reserva de agua para apenas 147 días.
Como resultado, los habitantes del Valle de México, sobre todo del Estado de México sufren semanas o incluso meses de escasez de agua con cada vez mayor frecuencia y tienen que recurrir a las pipas para cubrir sus necesidades diarias, lo que ha fomentado las tomas clandestinas y el huachicoleo de agua.
¿Qué se puede hacer?
De acuerdo con el IMCO, el uso de este recurso natural en el Valle de México, principalmente debe contar con regulación eficiente, gestión e inversión en infraestructura que garanticen el acceso y saneamiento de agua para consumo personal, doméstico, agrícola e industrial y que, además, su uso debe ser equitativo y sostenible.
Al mismo tiempo, los desarrollos inmobiliarios sustentables en Naucalpan buscan crear edificaciones y comunidades que sean habitables, saludables, y amigables con el medioambiente, pues además de no generar contaminantes y reducir el consumo de energía, utilizan sistemas para el aprovechamiento del agua y disminuir su consumo.
Esto es debido a que los desarrollos inmobiliarios sustentables cuentan con válvulas ahorradoras, tienen sistemas de captación de agua de lluvia y plantas tratadoras de aguas residuales, que luego son usadas para el baño, el riego y otras actividades y pueden ahorrar hasta 95% de este recurso.
Un ejemplo, es el desarrollo Terralago tiene contemplado la perforación de un pozo exclusivo para su proyecto asegurando el 100% de la demanda necesaria para abastecerlo y donará al municipio otro pozo para fortalecer significativamente el suministro de agua en Naucalpan.
Cabe mencionar que los tres niveles del gobierno tienen la responsabilidad de garantizar y promover planeación y políticas públicas, así como destinar parte importante del presupuesto anual del municipio para mejorar la red de infraestructura hídrica, atender la principal fuente de pérdida de agua como son las fugas en el Estado de México y sobre todo en Naucalpan.