De memoria
Carlos Ferreyra
Escéptico, desconfiado, en síntesis, hierático, he pasado por la vida con una duda siempre, cualquiera que ésta sea el chiste es hacer la imagen de hombre duro.
Desde luego, entre mis mayores desconfianzas se encuentra el “Facebook” donde pululan toda suerte de descamisados que, como el suscrito, dedican gran parte de su tiempo a imaginar la mejor forma de molestar a sus semejantes.
Pero debo rectificar y mostrar mi absoluta confianza en este sistema de comunicación gratuito, porque resulta que en mi cumpleaños me reporto 120 comentarios que, machacó una vez más, me es imposible leer por mi creciente ceguera.
Y de mi anterior comenta sobre la amistad tuve treinta mensajes de una mínima parte de mi gente que quiero, añoro y que desde luego espero volver a ver.
O palpar, que así sustituyen los ciegos su falta de imagen.
No quiero pasarme de rosca pero con todo el cariño, el agradecimiento del mundo, me preguntó qué demonios hace tanta gente leyendo los inanes escritos que, por lo demás me permiten ocupar el pensamiento y expresar sentimientos que quizá personalmente no sabría expresar.
Pero claro que tengo mis asegunes.
El “feís” tiene un sistema que llaman algoritmos y que no son sino reacciones mecánicas impersonales de un sistema cibernético, sin alma, sin corazón y de plano, en muchos casos, sin entendederas.
Miré una fotografía y pensé aprovecharla para un inocente juego infantil. En la imagen un güero bobalicón y una rubia evidentemente hecha a mano. Ambos relacionados con algún reclamo político, al parecer pretendiendo cargos de elección popular.
En la ronda infantil que escogí se pregunta ¿quién es ese jicotillo? pero error de dedo a mi indudable mala entraña, cambió la “C” por una “J”. Y bueno, a los algoritmos se les cuatrapearon los circuitos y decidieron suspender el mensaje, suprimir la foto y dejar pendiente la segunda parte preguntando de donde había salido tan hermosa señora, producto de la artesanía mexicana, sólo que en rubio.
No lo dejo con la duda, el sujeto se llama Samuel García y en el colmo de la inconsciencia me aseguran que el tipo se pensó presidenciable y estaba seguro que arrasaría con las señoras que, decía un tío que fue comandante de la acordada, que debían de estarle soplando al fogón y dejarse de arguendes.
Y quienes con ese comentario idiota perdieron el ritmo fueron las tres agencias informativas más importantes del orbe, encargadas de manipular el sistema de penas y castigos según los criterios del “feis”.
Las agencias francesa, británica y española respaldan las decisiones y dejan limpias de toda culpa a las redes sociales.
Resulta incómodo hacer referencia a medios internacionales que deberían caracterizarse por la defensa de la libre expresión, y no armar tales irigotes porque a un malvado se le fue el dedo chueco o lo que yo creo, le surgió su lado negro al mirar el rostro del personaje que se comentaba.
Desde luego y bajo estas condiciones seguiré usando el “feis” que, no me cuesta y me permite expresar abiertamente mi pensamiento por ejemplo, hace tiempo miré un texto en que nuestro mandatario lo calificaban como “loco y de malos sentimientos”. Eso puede pasar, pero cuidado con la “J” así sea el baile Aragonés.
Como dato cultural, los jicotes son unos escarabajos de cubierta quitinosa que al volar emiten un zumbido muy característico y viven en el estiércol vacuno.